Voto nulo, bueno o malo
11 de junio - 2018

Por David Pérez Toriz

A lo largo de la historia el país mexicano ha pasado distintas etapas y vivido distintas experiencias como es obtener un mayor número de votos, el abstencionismo y el voto nulo, el voto nulo ha sido incluso la bandera de lucha de algunos grupos o como medio de protesta por algunos ciudadanos que no creen en el régimen político o en el sistema electoral que se encuentra vigente en un país, o bien porque no se sienten representados por ninguna de las opciones electorales que se les ofrecen, este último para la mayoría de las personas es la más pensada y repetida. Tomando en cuenta el contenido de las normas electorales que están vigentes, el voto nulo lejos de afectar, favorece a todas las fuerzas políticas por igual, y puede ser un factor determinante para que los partidos políticos que se constituyeron recién el año pasado, conserven su registro.

En una elección a cualquier cargo de elección popular siempre hay resultados que van de la mano y en forma paralela el abstencionismo muchas de las ocasiones ha ganado terreno y la anulación del voto le sigue. En el primero caso, los ciudadanos no acude a votar; mientras en el segundo, el ciudadano se presenta a las urnas con la intención de inutilizar su boleta electoral, para que ese voto no sea válido para ningún candidato o partido político, ya sea marcando varias opciones incompatibles entre sí, escribiendo algún mensaje en particular, votando por algún candidato no registrado oficialmente, o bien depositando su boleta sin marcar opción alguna.

A pesar que candidatos, partidos políticos e instituciones electorales inviten a toda una sociedad a salir a votar y hacer uso del voto útil muchos electores determinan manifestando cierta inconformidad con abstenerse o anular el voto. Con base a datos registrados en la pasada elección intermedia del año 2009 marcó un parteaguas importante en la historia de las elecciones recientes, ya que se registró el mayor porcentaje de votos nulos para una elección de diputados en los últimos dieciséis años con 1,867,729 sufragios anulados, lo que representó un total del 5.4% de votos nulos respecto del total emitido. Sin duda alguna, ese gran porcentaje votos nulos se debió a diversos factores, entre los que destacan la indignación de la población del desempeño de sus gobernantes, y las campañas promovidas por algunos académicos y organizaciones civiles que presentaban al voto nulo como un mecanismo de protesta efectivo y pacífico.

En 2012 se rebasó el máximo de votos anulados en 20 años al ser anulados 2,471,004 (4.96%) votos para la elección de diputados, 2,755,654 (5.52%) votos para la elección de senadores 1,236,857 (2.47%) votos para la elección de presidente.

Lo cierto que los resultados anotados en las casillas después de la jornada electoral muchas de las ocasiones los votos nulos rebasan los obtenidos por algún candidato quien incluso pudo haber obtenido cero votos, de no alcanzar el 3 por ciento de la votación nacional el partido pierde el registro . Al incrementar los votos nulos los partidos llamados grandes incrementa el resultado del porcentaje de la votación, la legislación electoral emplea ciertas fórmulas matemáticas que obtienen los resultados a favor, porque el INE de la votación total nacional obtiene el 100 por ciento, sin tomar en cuenta los votos nulos,  anular el voto beneficia a los partidos políticos con mayor número de diputados plurinominales, mayor recurso público para los partidos durante los próximos tres años, y mayor tiempo de espacio en radio y televisión.

Mientras las reglas en México no cambien, estamos lejos que los votos nulos y el abstencionismo realmente sirvan de castigo a los políticos, porque solo hay de dos sopas;  votas o tu abstencionismo y voto nulo de todos modos nos ayuda.