5 de marzo - 2018
Por David Pérez Toriz
La omisión, desestimación, inconciencia, desinterés y de más palabras que podemos encontrar para darle un significado y entender el concepto a la falta de importancia al tratamiento de las descargas de aguas residuales generadas y provenientes de domicilios, negocios, comercios microempresas, empresas, industrias, oficinas entre otras resulta que no es nuevo para muchos de nosotros, sin embargo, la responsabilidad en tratar las aguas residuales recae en la Coordinación General de Ecología del Estado de Tlaxcala (CGE) así como los municipios que tienen plantas de tratamiento. En caso de los municipios son quienes menos ponen interés, no destinar recursos económicos, materiales y humanos para arrojar a los causes del río Zahuapan y Atoyac agua no tan contaminada.
Todos sabemos de las grandes fuentes de contaminación, así como de focos rojos existentes a lo largo y ancho del territorio tlaxcalteca, las plantas de tratamiento no cumplen su función, tal pareciera que para los presidentes municipales o funcionan solas o son fosas sépticas, recientemente Salvador Domínguez Sánchez, director de la Conagua en Tlaxcala refirió que el saneamiento de las aguas negras en Tlaxcala no ha cubierto las expectativas de los gobiernos estatales, y de paso los municipales, tan solo del total de las plantas de tratamiento en Tlaxcala rehabilitadas operan menos del 30 por ciento, toda vez que los presidentes municipales salientes, no tuvieron disponibilidad de sanear el ambiente.
Lo cierto que con base a registros y monitoreo los municipios San Pablo del Monte, Tlaxco, Tlaxcala y Apizaco sus plantas operan a 50 por ciento de su capacidad, mientras que en Huamantla, Xicohtzinco, Mazatecochco están abandonadas y sin operar, situación que en los tres últimos municipios es reprobatorio.
A pesar que en el gobierno estatal anterior Mariano González Zarur, lograron reactivar 60 plantas de tratamiento de aguas residuales con una inversión de 175 millones de pesos, situación que es poco tangible.
Así como en la reingeniería de cinco y en la construcción de dos nuevas en lugares en donde no se contaba con este servicio como San Pablo del Monte y Tocatlán. Nueve plantas de tratamiento de aguas residuales están a cargo de la Coordinación General de Ecología (CGE).
Se sanean diariamente 741 litros por segundo, lo que equivale a 42 por ciento de las descargas que vierte la población del Estado cada día, además de que se cumple con la NOM 001-Semarnat 1996 para descargas a cuerpos receptores de administración federal, resultados que se reportan puntualmente a la Conagua. Se tienen ubicadas y diagnosticadas 127 plantas de tratamiento de aguas residuales para uso público y las 110 fosas sépticas distribuidas en todo el territorio estatal.
Cabe señalar que muchas de ellas se encuentran sin vigilancia, en abandono, maleza crecida, las fosas de lodo al tope, con un colector que diariamente acumula basura, tal es el caso de las construidas en San Pablo Apetatitlán.
Recordemos que el 12 de febrero del 2012, se dio a conocer que el gobierno del estado de Tlaxcala construyó la primera planta de tratamiento biológica, además de la aplicación de energías alternativas para un uso racional y sustentable del agua, la Secretaría de Obras, Desarrollo Urbano y Vivienda (Secoduvi), culminó la construcción de la primera planta de tratamiento biológica en Tlaxcala.
Está situada en Cuahuixmatlac, del municipio de Chiautempan, cuya inversión fue superior a los ocho millones de pesos, provenientes del Programa de Tratamiento de Aguas Residuales (Protar) 2011.
De ellos, cinco millones, 632 mil 712 pesos fueron de origen federal, dos millones 158 mil 721 del Gobierno del Estado y 255 mil 297 pesos fueron aportados por el municipio.
Esta planta de saneamiento de aguas negras es única en su tipo en Tlaxcala, y su función es tratar las descargas de la región, mediante sistemas innovadores que ahorran energía eléctrica.
El proceso incluye la siembra de plantas de tule y carrizo, con este sistema el agua contaminada pasa de una cámara a otra, las plantas destruyen las bacterias y sanean el agua.
Sin embargo pese a los diagnósticos y a las multimillonarias inversiones, el beneficio no se refleja en la realidad, en el río Zahuapan, se ha convertido en un cauce de aguas negras y pestilentes.
Para el gobierno estatal y la Conagua solo ha quedado en pura intensión el adecuado saneamiento del agua que contribuye a la disminución de contaminantes en los ríos Zahuapan y Atoyac.
Otro punto que cabe mencionar muchos de los municipios carecen de un reglamento de ecología, personal con el perfil ecológico, por lo menos biólogos, siempre hay personas que por compromisos políticos llegan a ocupar estas áreas que ignoran por completo sobre las actividades, planes y proyectos ecológicos, y a los presidentes municipales no les importa en lo más mínimo mejorar el medio ambiente y tratar las descargas, muchos alcaldes no pagan las obligaciones por descargas residuales a la CONAGUA varios de ellos tienen adeudos y multas por pagar.

