Por Fernando Tamayo

49 años después de lo ocurrido en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco y tras estar por concluir la primera etapa de rescate y reconstrucción tras el sismo del pasado 19 de septiembre, hoy la pregunta del imaginario colectivo es ¿Qué sigue?, ¿Qué debemos aprender tras lo acontecido en esa triste tarde de martes?, ¿Cómo podemos aprovechar esa explosión de solidaridad que broto desde las entrañas de la sociedad para construir un mejor país?

Al igual que en el año de 1968, tras la impotencia de los daños producidos por el terremoto del mes pasado los mexicanos tomaron por asalto lo público, comenzaron no solo las labores de rescate sino que además a través de distintas redes sociales un movimiento que en una sola voz evidenció el hartazgo que tiene la sociedad respecto a la política y los políticos.

Ciudadanos sin importarles, raza, sexo, religión, corrientes ideológicas o cualquier otra característica que los pudiera diferenciar se unieron entorno a lo que nos es común; México. Pasado los peores días de crisis y pánico generalizado, y ante los primeros resultados de ese accionar social como mexicanos estamos obligados a no bajar la guardia y demostrar que esa efervescencia cívica debe considerarse como un nuevo despertar ciudadano.

La sociedad civil no solo ha permitido que los trabajos de reconstrucción sean más eficaces y eficientes sino además han puesto en la mesa las exigencias de una ciudadanía que reclama cada vez más y con mayor fuerza un lugar protagónico en la toma de las decisiones públicas.

Lograr que partidos políticos destinaran los recursos públicos con los que cuentan para poner de pie a México no debe ser considerado un logro, sino por el contrario, se trata más bien de un actuar demagógico por parte de aquellos que buscan hacerse del voto ciudadano para el 2018. No está mal que las instituciones partidistas reorienten su gasto, sin embargo, la exigencia social no se circunscribe a eso, el reclamo colectivo se refiere a la necesidad que tenemos los mexicanos de que la rendición de cuentas sea efectiva.

Bajo esa tesitura un México nuevo no se va a producir por el hecho de que tricolores, azules, amarillos o morenos destinen sus recursos públicos para la reconstrucción de nuestro país, el cambio que exigimos como sociedad es de fondo, los ciudadanos estamos cansados de que la impunidad, la corrupción y la opacidad sean los pilares que sustenten a nuestro país, y que cada vez que nuestra tierra se cimbra ya sea por la naturaleza o por acciones propias de la humanidad, se evidencie el sistema “caquistócrata” del que formamos parte y que día a día nos consume como nación.

Desde la barrera

La frustración de un robo en la Capital del Estado en pleno día da cuenta del reclamo colectivo por ser un actor protagónico del acontecer social. La oportuna intervención por parte de elementos de Seguridad Pública evitó que ciudadanos y comerciantes ejercieran justicia por propia mano, sin embargo, los capitalinos demostraron su furia ante quienes pretendían concretar un asalto.

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