Donald Trump pone en peligro 1 millón 142 mil empleos
23 de enero - 2017

Fuente: SIN EMBARGO / Daniela Barragán

Donald John Trump es ya el Presidente de los Estados Unidos de América. Su etapa como mandatario electo dejó daños y ahora, podrá materializar lo que antes eran solo amenazas o invitaciones. En los primeros días de enero, Trump tuiteó y de nueva cuenta se fue contra las empresas automotrices y luego sumó a la industria farmacéutica.

Hoy, a tres días de ser Presidente, la incertidumbre es la que reina: plantas maquiladoras en el norte pararon y los trabajadores de la industria automotriz están a la espera de lo que pueda pasar con sus empleos; otros miles se quedarán esperando las plantas nuevas que se prometieron, pero que ya no llegarán.

Trump cuenta con cuatro años –quizás ocho­­– para gobernar su país y como lo ha demostrado, lo hará vigilando a México. Más allá de la construcción del muro, las políticas de frenar la inversión y quitar los empleos, son las que preocupan en un momento en que éste escasea y los precios de los alimentos y servicios básicos, van en aumento.

Así la posible crisis de empleo que desataría Trump, llegaría a enmarcarse en una crisis interna. Si los empleos de la industria automotriz y farmacéutica se pierden, México tardará 10 años en subsanar esa herida, según estimaciones de la UNAM.

Desde el pasado 8 de noviembre, día en que los habitantes de Estados Unidos lo eligieron como su nuevo Presidente, a la fecha, Donald Trump se llevó de México 14 mil 300 empleos que las Big Three (General Motors, Ford y Chrysler), generarían a partir de la instalación de nuevas plantas.

Hasta el momento, el ahora Presidente ha amenazado a dos industrias clave para México: la automotriz y la farmacéutica, que están desde ya bajo un peligro inminente. No le ha bastado dirigirse a las compañías estadounidenses; sea cual sea el país de origen de la empresa, no la quiere si éstas se aferran a México.

En estos dos meses, luego de que Trump amenazara con subir aranceles a los modelos importados, General Motors se llevó a Estados Unidos 7 mil empleos; Ford decidió cambiar a aquel país una inversión que se tenía proyectada en México y que generaría 4 mil 300 y Chrysler, se unió a ellos y de aquí se esfumaron 2 mil plazas.

Así, en un escenario en el que Trump logra su objetivo de que las empresas abandonen México, se llevaría 1 millón 142 mil 176 empleos. Casi la misma cantidad que Peña Nieto logró generar en dos años, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

A pesar de que la promesa de campaña de Enrique Peña Nieto fue la de crear 1 millón de nuevos empleos por año, el corte de cuatro años de gobierno quedó en 2 millones. En 2015 generó 644 mil 446 y el año pasado, 732 mil 591.

De acuerdo con esa tendencia, Peña necesitaría 2 años sólo para generar la misma cantidad de empleos formales que el Presidente Trump podría llevarse.

El Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), estima que el gobierno mexicano necesitaría de por lo menos diez años para generar los mismos empleos que estas empresas puedan llevarse.

David Lozano Tovar, investigador del CAM, señaló que antes de Trump, aquí ya había una crisis derivada de los números de empleos generados por el gobierno mexicano y los datos de empleo.

“El problema es que aquí no se han generado los empleos que se prometieron desde el inicio de la administración de Peña Nieto y los que se han generado no están dentro del rango, ya se trata de empleos que se concentran en los ingresos que van de uno a dos salarios mínimos, es decir, ingresos con los que un mexicano tendría entre 140 y 160 pesos”, comentó en entrevista.

Datos del Centro de Análisis Multidisciplinario, señalan que en ese sector se está concentrado el 25 por ciento de los empleos; el 20 por ciento están entre dos y tres salarios mínimos, 200 o 220 pesos y el 15 por ciento sólo ofrece un salario mínimo.

Es decir que el 65 por ciento de los empleos que se generan en México son empleos cuyos ingresos son inferiores a tres salarios mínimos.

“Ante una situación en la cual las empresas se vayan o empiecen a despedir personal, o que salgan del país y no solo la automotriz, sino también la manufacturera y la farmacéutica, se empezaría a ‘sobreconcentrar’ la gente en los empleos de uno a dos salarios mínimos. Esos serían los empleos generados o los que quedarían, además del empleo informal”, agregó.

No es la primera vez que sucede esto, en 2008, año de la quiebra de la compañía Lehman Brothers y de la crisis financiera en Estados Unidos, Juárez, el municipio mexicano donde vive la mayor cantidad de población ocupada en este tipo de industria, perdió 20 mil empleos en pocos días.

SinEmbargo presentó en las últimas semanas investigaciones en las que expertos y académicos han coincidido en que el mayor problema no es que las empresas cancelen inversiones de México, sino que por años el país sólo aportó mano de obra barata, beneficios fiscales, infraestructura y recursos naturales, sin promover una cadena de valor ni un desarrollo interno. Las maquinadoras entran y se van de México. Las empresas han hecho su negocio con su propia tecnología, sus insumos, sus ingenieros y sus materias primas.

México, sólo puso la mano de obra y hoy, con Trump, tampoco tiene un plan alterno. El país cuenta con una red de 12 tratados de libre comercio con 44 países de tres continentes; 24 acuerdos de promoción y protección recíproca de las inversiones y nueve acuerdos de complementación económica y acuerdos de alcance parcial, pero en Estados Unidos se ubica el 80 por ciento de las exportaciones y el 64 por ciento del comercio total.

El empresario ha anunciado que impondrá tarifas arancelarias del 35 por ciento en la frontera bilateral, hasta ahora inexistentes gracias al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que él exige renegociar, a aquellas empresas estadounidenses que desplacen sus operaciones a México para importar luego su producción.

“México sólo puede ofrecer pobreza económica, informalidad laboral y cero prestaciones sociales para los trabajadores. Les ofrece nada […] algunos pseudoeconomistas han señalado que México tiene que tener un acuerdo con la nueva administración de Estados Unidos, en el cual plantee que puede bajar aún más los salarios. Eso ya sería el colmo. Quienes aconsejan eso son sectores que vienen desde la época del salinismo y de los que impulsaron el TLCAN que nunca fue beneficioso para los trabajadores”, agregó Lozano Tovar.