Por Manuel Amador

Con sentido pase de lista, los efectivos de la policía municipal de Terrenate dieron el último adiós a su compañero Felipe Leal Hernández, quien el fin de semana pasado murió tras haber recibido un disparo de arma de fuego -en la cara- en su primera semana de labores.

Luego de la celebración llevada a cabo en el templo religioso de Guadalupe Victoria, la comunidad de la que era originario y vecino, el cortejo fúnebre integrado por familiares, amigos y compañeros de trabajo en ese municipio partió hacia el panteón.

El recorrido para el traslado del féretro se destacó por las pancartas en colores fluorescentes que portaban los familiares y vecinos quienes amargamente y a grito abierto exigieron: ¡justicia!… ¡justicia!

Lo que podría no ocurrir, ya que fuentes consultadas revelaron que la puesta a disposición tardía de los probables responsables, el encarcelamiento preventivo ilegal y la no acreditación de la personalidad de uno de los imputados son argumentos de su defensa para liberarlos.

Como se informó, el pasado sábado Felipe Leal fue herido mortalmente en el rostro al desarrollar sus labores como policía en Terrenate, por el simple hecho de conminar a retirarse a varios sujetos que frente a la Unidad Deportiva ingerían bebidas embriagantes.

Fueron cuatro sujetos los detenidos (uno de ellos menor de edad), productores de papa, a los que se les ubicaron armas de fuego y cartuchos útiles.