Ruta equivocada
9 de enero - 2017

Por Ranulfo Rojas Bretón

El “Gasolinazo” ha generado molestia en toda la población y con mucha razón porque al alza en el combustible todos sabemos que se vendrá una ola de incrementos en bienes y servicios. Lamentablemente ante esta molestia se ha generado una ola de saqueos que está provocando miedo en la gente. Personas sin escrúpulos se están valiendo de la molestia para provocar indignación y que derive en el saqueo de tiendas de autoservicio e incluso de pequeños comercios.

Algunos pretenden hacer creer que se trata de una forma de manifestarse e incluso de dañar al gobierno y más aún de dañar a los Estados Unidos a quien se le ha querido ver como el causante de todos nuestros males.

Ciertamente la molestia tiene un sustento y las medidas que el gobierno tomó están siendo rechazadas y con ello la animadversión de muchísimos al presidente Peña se han acentuado. Pero permitir que la violencia y el saqueo se conviertan en forma de manifestación, el daño a propiedad privada por más que se trata de multinacionales, no se debe permitir. La manifestación es un derecho y todo mundo tiene derecho a hacerlo, pero no se puede olvidar que el derecho de una persona termina en donde comienza el derecho de la otra persona. Manifestarse está muy bien y hay que hacerlo, pero afectar a otra persona no es parte de mi derecho. Así lo hemos visto en los bloqueos carreteros que se han dado en la Y griega. “No me ayudes compadre”, podría titularse a las manifestaciones con bloqueo, porque estar en contra del aumento a la gasolina pero a la vez obligar a los conductores a buscar vías alternas y gastar con ello más combustible, se me hace que no ayuda en nada a los bolsillos de quienes son afectados por el bloqueo.

Más aún, si a propósito de la molestia por los aumentos, se pasa a sembrar pánico con el anuncio de presencia de grupos armados que vandalizarán, o a la invitación por redes sociales a asistir a saquear tiendas, esto se convierte en un caldo de cultivo que difícilmente se puede controlar y que tendrá consecuencias funestas. El miedo y la molestia son combustibles muy inflamables y difíciles de controlar. Por ejemplo, el 5 de enero por la noche en el pueblo del Carmen Tequexquitla, de donde soy originario, se hizo correr el rumor de que grupos armados habrían vandalizado en Libres, Pue., y que llegarían al Carmen a hacer lo mismo, este rumor provocó que todos los vendedores de juguetes que se ponen para la tradicional venta, levantaran a toda prisa sus mercancías y en poco tiempo las calles estaban vacías y desoladas. El clima de temor se apoderó de la población y tiendas y casas cerraron sus puertas ante el temor de que algo pasara. Las autoridades, más tarde, tuvieron que utilizar los sonidos locales para avisar a la población que se trataba de un falso aviso, pero, el daño ya estaba hecho, por más que los puestos volvieron a colocarse.

Se habla de “teoría de complot”, de “distractor”, o sea, de una artimaña del gobierno para que todos hablemos del miedo al saqueo y olvidemos el gasolinazo, obviamente, aunque se tratara de algo de esto, lo cierto es que no debemos dejarnos llevar por todo lo que se sube en las redes y no debiéramos hacernos eco a propuestas que dañen los bienes de las gentes o sus mismas personas. También se dice que hay pseudo líderes que quieren aprovechar el momento para sacar raja política.

Debemos ser más responsables y sin olvidar el problema central, que es la base de lo que está pasando, tomar medidas más maduras para no dejarse llevar por ningún viento de violencia. Debemos seguir exigiendo a nuestras autoridades, ejecutivo y legislativo que sigan buscando caminos que no perjudiquen tanto a la población, seguro que algo se puede y además ofrecer medidas que permitan que los daños se resientan un poco menos.