Por Ranulfo Rojas Bretón

El famoso martes de elecciones en los Estados Unidos llenó de zozobra a México, la inmensa mayoría había puesto sus esperanzas en el triunfo de Hilary Clinton y daban por descontado el posible triunfo de Donald Trump, el famoso magnate que se dedicó en toda su campaña a exaltar “la América para los americanos”, obvio del Norte y señalar a las demás razas especialmente los latinos y más especialmente los mexicanos como enemigos de Estados Unidos. Los llamó flojos, ladrones, gente nociva para su cultura y amenazó con construir un muro a lo largo de la frontera que estaría muy vigilado y que sería pagado por los mexicanos.

Donald Trump se convirtió en el villano preferido de México y fue generando además de animadversión, miedo de que llegara a ganar las elecciones, “lo bueno” para los mexicanos es que según “las encuestas” era imposible que se diera el triunfo de Trump, “jamás ganaría”.

El martes por la noche se fue dando la mega sorpresa “Donald Trump comenzaba a ganar” y las famosas tendencias y los resultados poco a poco lo fueron proyectando como el nuevo presidente de los Estados Unidos de América. Los memes no se hicieron esperar, imágenes de mexicanos regresando en masa a México, construcciones de muro, “coperacha” y “redondeó” para el pago del mismo, maneras increíbles para poder pasar el muro y hasta postulando a “Chapo” para la construcción de túneles. El ingenio mexicano presente aunque escondiendo el miedo al futuro y lo incierto.

Pero, ¿De verdad era promisorio el futuro con Clinton o como siempre albergamos esperanzas de que “alguien” sería nuestro salvador y ayudaría a que las cosas fueran diferentes? ¿No deberíamos ya estar curtidos y aprender que nadie de fuera, ninguna persona por muy importante que sea, por muchas capacidades cambiará lo que nosotros debiéramos cambiar? ¿Qué no ya hemos vivido tantas esperanzas frustradas y nos hemos decepcionado de tantos líderes que han prometido tantas cosas como para volver a hacerlo especialmente esperando cosas de un país del que no hemos recibido tantas cosas buenas? Estados Unidos es un socio y vecino y como todo socio y vecino podemos establecer una buena sociedad o vecindad pero cada uno tendrá y que ver y velar por sus intereses, qué más quisiéramos que fuesen relaciones de “ganar ganar”, la historia muestra que casi no han sido así, es más, muchas veces hemos vistos que el pensamiento americano es “yo gano tu pierdes” y con esa losa hemos vivido, pero si hemos de ser honestos, también de Estados Unidos hemos recibido y estamos recibiendo mucho, muchísimos connacionales están trabajando en ese país y muchísimas familias viven en México del fruto del trabajo de sus familiares en los Estados Unidos. Las cosas supongo que serán diferentes y que requerirán de un mayor esfuerzo de los mexicanos.

Espero que las autoridades se pongan las pilas e intenten poner los intereses de México por encima de los intereses personales o de grupo y ayuden a que las circunstancias no sean tan negativamente determinantes, pero a decir verdad, confió más en la inteligencia, capacidad y sagacidad de tantos mexicanos que viven en Estados Unidos y de los que por necesidad seguirán cruzando la frontera por más altos que pongan los muros.

En 1989 vimos caer un muro de ignominia en Alemania, es cierto que hemos visto construir otros muros pero confió en que la razón algún día prevalecerá y que veremos caer más muros. Además entre Estados Unidos y México de hecho hay ya un buen de muros y siempre han sido vulnerables.

Ojalá como cantaba Lennon en Imagine, algún día lleguemos a ver un mundo sin fronteras.