Por José Luis Ahuactzin

Bajo el disfraz de ser un “homenaje a la belleza”, el sindicato 7 de Mayo que encabeza Edgar Tlapale, el pasado viernes organizó una fiesta privada con bailes sensuales para sus agremiados, a quienes exigió la compra del boleto en 150 pesos.

De acuerdo con trabajadores inconformes, evidenciaron que se trató de un evento en el que les dijeron que acudirían una treintena de mujeres, teniendo como sede el auditorio del sindicato de trabajadores de la educación “Justo Sierra”, a un costado de las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).

Los cristales de las puertas de acceso principal al auditorio fueron tapizados con cartulinas negras y al ingreso se les sugería apagar su celular para no tomar fotografías y tenían prohibido utilizar cámaras fotográficas.

Cerca de las 16 horas del pasado viernes, los trabajadores del sindicato que están adscritos al poder Judicial, Legislativo, Ejecutivo y de municipios, realizaron filas para ingresar, mientras que el cadenero les gritaba uno a uno “boletos en mano, boletos en mano…”.

Este reportero pudo corroborar que al momento en que algunos trabajadores hacían fila 3 bailarinas arribaron al lugar, unas cubriéndose el rostro y otras sin mayor vergüenza se dejaron fotografiar.

Al paso del tiempo, arribó otro grupo de otras 8 bailarinas quienes venían a bordo de vehículos de modelo reciente, pero resguardadas por un par se sujetos que ingresaron hasta el área de camerinos.

Como era de esperarse, los cuidadores trataron de impedir el trabajo periodístico, no obstante algunos de los quejosos que se acercaron a este medio revelaron que al interior del lugar se encontraba el secretario general del sindicato de los trabajadores del 7 de Mayo, Edgar Tlapale.

Llama la atención que mientras el gobierno del estado lucha por erradicar y quitar la mala fama de ser una entidad donde proliferan los tratantes de personas con fines de explotación sexual, el sindicato de burócratas fomente este tipo de espectáculos “sólo para hombres”.