Enrique Ochoa dejó la comodidad que les da el escritorio a los dirigentes nacionales del PRI y aquí en Tlaxcala se mostró en extremo confiado y despreocupado por los alegatos de la ex candidata del PRD. Parece que la cacareada transición tersa en la capital del estado no será así, tan es así que Adolfo tuvo que recular a una solicitud de endeudamiento

Por Edgardo Cabrera

Enrique Ochoa Reza dejó la comodidad que les da el escritorio a los dirigentes nacionales del PRI, anda en varios estados calando el ambiente político de su partido, es claro que no quiere sufrir una catástrofe similar a la de su antecesor quien en junio pasado no logró ganar la mayoría de las 12 gubernaturas en concurso.

Ayer le tocó el turno a Tlaxcala e incluyó en su agenda un encuentro con directivos de varios medios de comunicación.

En esta charla Ochoa Reza descartó que el plazo fatal para el resolutivo de cuatro expedientes de impugnación de la elección de gobernador sea esta semana, afirmó que el fallo final podría prolongarse hasta diciembre (considerando que en enero empieza el periodo de la nueva administración), por lo que no dudó que el caso lo terminen resolviendo los nuevos magistrados de la Sala Superior del Trife que entrarán en funciones en octubre.

Se mostró en extremo confiado y despreocupado por los alegatos de la ex candidata del PRD, no perdamos de vista que su principal argumento para anular los comicios de junio era el rebase de topes de campaña lo cual ya fue desechado en todas las instancias.

Precisó que los abogados del CEN del PRI han realizado una favorable defensa y “tan endeble” es el recurso en contra del triunfo de Marco Mena que la Sala no ha acelerado su desahogo con lo que envían la señal que no habrá revés ni elección extraordinaria como difunde el equipo perdedor.

En la misma platica afirmó que su partido debe tener mayor contacto con la sociedad y sus sectores, si bien evitó señalar culpables por el descalabro que obtuvo el PRI en la mayoría de las entidades que renovaron gubernatura en este año, admitió que de la derrota deben aprender si quieren refrendar la Presidencia de la República en 2018 y el Estado de México en 2017.

La otra encerrona

Después de la reunión con medios, Ochoa Reza sostuvo un encuentro privado con el mandatario estatal Mariano González Zarur, el gobernador electo Marco Mena, y líderes estatales, incluidos alcaldes y diputados electos.

Contrario a lo que esperaban sus detractores, el líder nacional del PRI hizo 2 reconocimientos: a González Zarur porque –dijo- puso a Tlaxcala en otro lugar en el escenario Nacional lo que permitió lograr una base para que el tricolor ganara, y a Marco Mena por haber estructurado una campaña ganadora.

Si bien minutos antes fue cuidadoso con la prensa, en corto con sus correligionarios pasó la hoja del capítulo de las impugnaciones y dio por sentado el triunfo de Mena.

Tan es así que enfatizó que el priísmo nacional y su dirigencia lo apoya en la responsabilidad que va a asumir en unos meses, es decir, ya trabajan de cara a lo que será el 2017 que servirá de plataforma para las elecciones del 2018.

Deuda

Adolfo Escobar reculó a una solicitud de deuda pública por casi 50 millones de pesos que obviamente sería heredada a su sucesora Anabell Ávalos.

Como era de esperarse, la petición original prendió los focos rojos a la alcaldesa electa y su equipo de trabajo, no era para menos, el adeudo estaba previsto para ser liquidado en un periodo de 7 años.

El alcalde panista planteó comprometer 49 millones 894 mil 500 pesos del presupuesto de la comuna para adquirir más de 9 mil lámparas de alumbrado público, algo que en su momento fue avalado por la mayoría de integrantes del cabildo.

Pero, además de dejarle una deuda que comprometería buena parte de su presupuesto, nos dicen que lo que más llamó la atención a la electa es que al inicio del trienio el panista concesionó el servicio de alumbrado público a la empresa Citelum que, se supone, renovó buena parte de las luminarias de la capital.

No obstante la experiencia fue desastrosa, el servicio resultó pésimo y carísimo por lo que el gusto sólo duró 1 año. Ante las deficiencias para atender las labores de mantenimiento, la dirección de Servicios Municipales tuvo que asumir de nueva cuenta la tarea.

Lo que no entendemos es porqué el alcalde insiste en abrir frentes innecesarios al ocaso de su gestión, ahí están los casos de la disputa legal por la alberca y el conflicto con su síndico, tal parece que su Pepe Grillo le está jugando una mala broma.

Por lo pronto la petición de deuda provocó un primer encono por lo que parece que la cacareada transición tersa en la capital del estado no será así.

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