Por Manuel Amador

Al menos 150 vecinos de la comunidad chiautempense de San Bartolomé Cuahuixmatlac, fueron afectados por el proyecto “telar de la abundancia”, que es una cadena de personas que aportan cada quien 24 mil pesos con la promesa de recibir 192 mil a 20 días de iniciarla, pero que se convierten en un eslabón de nunca acabar y que termina por ser un fraude para muchos participantes.

Al respecto, Heriberto Ávila Vázquez y sus hermanas, dieron su testimonio este martes. Ellos responsabilizaron a Rodrigo Méndez Ávila de que en conjunto con su madre y hermanas llevaron el “programa” a Cuahuixmatlac, el cual ha generado todo un “caos” y un probable fraude de alrededor de 3.6 millones de pesos.

Explicó que desde hace 2 meses y medio en una reunión, Rodrigo Méndez – quien resulta ser su primo – habló de los supuestos beneficios e incluso logró enganchar a todas esas personas para que cada una diera 24 mil pesos, pero con la obligación de hacer crecer la cadena sin embargo la promesa nunca se cumplió porque otros no quisieron arriesgarse.

Fue entonces que aquellos que no recibieron un solo peso exigieron la devolución de su dinero, pero al no haber ningún contrato, no han visto nada, mientras que algunos otros solo han recuperado alguna parte.

Los únicos beneficiaros fueron los integrantes de la familia que inició con el proyecto del telar y que hoy “se burla de la gente que le dio sus ahorros, se portan de forma agresiva y dicen que le hagamos como sea. Si queremos ir a las autoridades que lo hagamos, pero no nos van a devolver nada”, expresó.

Sin embargo, Heriberto Ávila aseguró que presentó una denuncia ante el Ministerio Público y que el agente le dijo que sí hay materia para que proceda una indagatoria por fraude, así que recomendó a otros afectados por el telar a que “no tengan miedo de denunciar, la Ley sí puede estar de nuestro lado”.

Desafortunadamente, también reconoció, la mayoría de los defraudados no quiere acudir a las autoridades por miedo a represalias; “sin embargo, nosotros vamos a ir hasta las últimas consecuencias”.

Hace unos días, la Comisión Nacional para la Defensa de Usuarios de Servicios Financieros, advirtió que no estaba en sus manos atender las eventuales quejas de personas defraudadas por ese tipo de artilugios que se dan de palabra entre personas, precisamente por no haber ningún tipo de contrato, así que todo está en la cancha de las autoridades de procuración de justicia.