Por Fernando Tamayo

Pasado el proceso electoral retomamos nuestra vida cotidiana y deseamos que a las nuevas autoridades electas por todos y cada uno de los ciudadanos, que el pasado domingo 5 de junio acudieron a las urnas, les vaya bien por qué ahora a ellos les corresponde cumplir ante la ciudadanía.

Sin embargo vale la pena reflexionar en relación a lo ocurrido en la jornada comicial y los días subsecuentes. En primera instancia quedó demostrado que la instalación de las llamadas “casillas especiales” lejos de ampliar el derecho al voto de todos los ciudadanos sirvió para que los partidos políticos generaran incertidumbre y pusieran en riesgo el desarrollo de la elección.

En segundo lugar, tras el cierre de las casillas las autoridades electorales tomaron la decisión de no dar a conocer los resultados del conteo al instante en que estos se fueran generando, situación que trajo consigo la desesperación de ciertos candidatos que se manifestaron como los triunfadores a pesar de no contar con datos duros que demostraran sus afirmaciones.

Finalmente lo más comentado resultó la actuación de la candidata perredista Lorena Cuéllar y su equipo quienes tras la derrota no vacilaron en poner en riesgo la estabilidad política y social de nuestra Entidad. A pesar de no contar con las pruebas necesarias para demostrar una elección de Estado, y sin tomar en consideración los medios de impugnación existentes en la ley, mediáticamente la Senadora buscó producir entre los tlaxcaltecas un clima de fragmentación social y de confrontación política, sin tener el más mínimo de los éxitos.

A pesar de que no todos los políticos demostraron ser demócratas y de que las reformas electorales aprobadas el año anterior produjeron más dudas que aciertos el proceso electoral en Tlaxcala se realizó sin mayores contratiempos. Es momento de que el mismo quede en la historia contemporánea y comencemos a escribir esa nueva historia de grandeza para todos los que habitamos esta tierra, finalmente todos somos tlaxcaltecas.

Desde la barrera

Sirva este espacio para felicitar a nuestro futuro Gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez un joven oriundo de San Jerónimo Zacualpan quien tiene en sus manos la enorme responsabilidad de demostrar que en Tlaxcala existe una nueva clase política capaz de llevar a nuestro Estado a los máximos niveles de desarrollo. Esperemos que al próximo mandatario le vaya bien en su periodo. ¡Enhorabuena!

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