En México como en Olimpia
1 de junio - 2016

mauricio_olaiz

Bien documentada está la importancia y reverencia que la antigua Grecia daba a sus atletas. Generalmente guerreros hábiles y victoriosos, los atletas Espartanos y Atenienses competían cada 4 años en las justas olímpicas en honor a los dioses, el poeta griego Homero la describió como una sociedad animada por los ideales heroicos y el espíritu competitivo, que valoraba mucho la destreza militar y el atletismo.

Así pues los atletas eran ciudadanos de privilegio, cuasi deidades, pertenecientes a las altas esferas sociales, solo la clase política y militar podía tener las prebendas de los deportistas.

Mies de años han pasado y esas castas privilegiadas mantienen su elevada posición; ya no solo en Grecia, sino en varias partes del mundo en donde por supuesto México no es la excepción.

El caso Alan Pulido es una clara muestra de la relevancia que este país le brinda a los futbolistas, ciudadanos de elite en su mayoría, con salarios de sueño, promoción de envidia y aportación casi nula a la nación.( en cuestión productiva porque como distractor es la de mayor aportación por supuesto.)

Más allá de la risible, sospechosa, conspirativa y hasta humillante versión de su secuestro y pronta liberación, la atención mediática a los futbolistas los hace parte de los juegos perversos de sus pares políticos, los otros, ávidos de fama , son susceptibles a ser protagonistas de charadas que no entienden ni miden en general por su baja escolaridad.

Llama la atención que la sociedad de un país como el nuestro se preocupe más por la actuación de su equipo que por la actuación de sus gobernantes, preocupa que un futbolista pueda ser recuperado en solo 8 horas mientras no se sabe nada de 43 estudiantes.

No solo el caso Pulido ha sido muestra de la actuación pronta y expedita de la autoridad, mucho menos en tiempos electorales, son varios los ejemplos y, por supuesto, ninguno termina en fosas comunes sino en ruedas de prensa multitudinarias ante el respiro de tranquilidad de sus fieles seguidores, las fosas de Morelos son lo de menos, 150 cuerpos de desconocidos carecen de relevancia, lo importante es que Pulido esta libre y listo para seguir pateando el balón.

Me pregunto, ¿Cuántos de esos más de 27 mil desaparecidos, según fuentes oficiales, serían futbolistas que no pudieron llegar a la élite del balompié,?

No se malentienda soy aficionado al fútbol, a todos los deportes en general, sin embargo, hay cosas que no se pueden entender en una nación que exige nimiedades y deja pasar atrocidades, el caso Pulido es digno de análisis, de cómo las clases privilegiadas siempre están de la mano para mantener su estatus ideológico, como lo dice el propio Ludovico Silva en su obra TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA IDEOLOGÍA, O EN EL SUEÑO INSOMNE, obras que aprovecho para recomendarle y así entender un poquito de estas viejas prácticas pero todavía efectivas.

También el propio Monsiváis en sus días de guardar, o con mucho mejor referencia en entrada libre; crónicas de la sociedad que se organiza, nos plantea esa analogía, futbol, estado, sociedad, y como nos desgarramos las vestiduras por una derrota del cuadro nacional pero hacemos caso omiso por el gasto monumental de las campañas políticas, la corrupción evidente y el tráfico de influencias.

Recuerdo esa transmisión en la ex bombonera de Toluca y las fuertes recriminaciones al ex técnico nacional; Miguel Herrera, por la no convocatoria de los jugadores Toluqueños, a solo unos metros del llamado “piojo” se encontraba tranquilo y sin reclamo alguno el ex gobernador Arturo Montiel, de ese tamaño son las cosas a veces.

Mucho que aprender aún debemos…

Sigue la Encuestitis.

Ayer concluyeron las campañas pero la encuesta sigue siendo la principal arma propagandística, bastaba ver como solo unas horas antes del cierre se cambiaron las clásicas lonas con los aspirantes rodeados de gente, besando bebes y apapachando viejitos, por las de las estadísticas del Financiero, el universal, Blanco y Asociados, instituto patrulla, apaches consolidados y la que usted invente.

En espectaculares, medios digitales o redes sociales podíamos ver igualmente los porcentajes, tendencias, votación, diferencias, el Excel a todo lo que da, y ¿luego?. Si las encuestas los dan por ganadores ya como para que quieren mi voto. Celebren su victoria (todos lo hacen) y será el 5 de junio por ahí de las 8 que, en el mejor de los casos, sabremos qué tan mal estaban las encuestas.