Por Adriana Dávila Fernández

El pasado 14 de marzo, el Senado de la República se vistió nuevamente de luto, pues a los 44 años de edad falleció nuestra amiga y compañera Mónica Tzasna Arriola Gordillo, integrante del Partido Nueva Alianza (PANAL) y estimada por todos los legisladores.

Momentos difíciles para quienes conforman este órgano colegiado, incluidos los que hemos optado por una licencia para ausentarnos del cargo.

Mónica se enfrentó en dos ocasiones a fuertes problemas de salud, en todo momento luchó con entereza para combatir la enfermedad, pero en esta ocasión, en palabras del presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, Roberto Gil “… fue más fuerte que su voluntad”. Es lamentable su prematura partida.

Licenciada en literatura latinoamericana, colaboradora en el diario nacional Crónica; fundadora y Secretaria General de su instituto político, desde muy joven se mantuvo activa en labores magisteriales y políticas; integrante de la LX Legislatura de la Cámara de Diputados, representante de la Asamblea del Distrito Federal del 2009 al 2012.

En el Senado, formó parte de las Comisiones de Derechos Humanos, de Igualdad de Género, de Gobernación, de Sur-Sureste y de Productividad.

Mujer ejemplar, siempre atenta y al pendiente del quehacer legislativo, con voluntad para escuchar, preparada para argumentar, lista para proponer y dispuesta a participar en la construcción de acuerdos de beneficio social, buscó siempre sumar para dar respuesta.

Preocupada por la justicia social, con una visión humanista, sensible con los temas políticos de este país hasta el último aliento de vida.

Basta revisar la Gaceta Parlamentaria del 15 de marzo para conocer su proposición con punto de acuerdo que antes de su partida había quedado pendiente de trámite, en la cual se exhorta a la Cámara de Diputados a expedir de manera urgente la Ley de Desaparición Forzada de Personas, ya que según lo establecido en la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 10 de julio de 2015, el plazo para su expedición concluyó el 6 de enero del año en curso.

Me tocó trabajar e intercambiar con ella puntos de vista sobre la procuración y garantía de los derechos humanos, en particular los de las niñas, niños y adolescentes, la causa de género, salud pública, así como los asuntos relacionados con el fortalecimiento de la calidad educativa y el medio ambiente.

No es fácil entender una ausencia inesperada, por ello, retomo las palabras del gran poeta Jaime Sabines, mismas que pronunció el Senador Miguel Barbosa, Coordinador Parlamentario del PRD, “Morir, es retirarse, hacerse a un lado, ocultarse un momento, estar quieto; pasar el aire de una orilla a nado, y estar en todas partes en secreto. Morir es olvidar, ser olvidado, refugiarse desnudo en el discreto calor de Dios y en su cerrado puño, crecer igual que un feto. Morir es encenderse boca abajo, hacia el humo y el hueso y la caliza y hacerse tierra y tierra con trabajo. Apagarse es morir, lento y aprisa; tomar la eternidad como a destajo y repartir el alma en la ceniza”.

Duele la ausencia, pero quedará la relación fraterna del ser humano que vivió circunstancias particulares de alegría y encono, en momentos complejos y difíciles. Modelo de responsabilidad y compromiso en el ejercicio parlamentario.

Elevo una plegaria por su descanso eterno, por la fortaleza y resignación de sus hijos, su madre y sus familiares. Lamento su partida.

RECUENTOS LEGISLATIVOS

Aprovecho este espacio para felicitar a la Senadora María del Pilar Ortega Martínez como Presidenta de la Comisión Ordinaria Contra la Trata de Personas.

Estoy cierta que lo trabajado en la materia, fructificará en un dictamen legislativo que permita dar salida al grave problema que enfrentamos, al ser un país de origen, destino y tránsito de la trata de personas, así como con una crisis de derechos humanos.

En otro orden de ideas, agradezco las muestras de apoyo y adhesión al proyecto del Tlaxcala que merecemos, en particular el respaldo de Margarita Zavala. Tengo clara la responsabilidad y el compromiso. Es tiempo de sumar voluntades.