Deudas pendientes
7 de marzo - 2016

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Pbro. Ranulfo Rojas Bretón

Muchas mujeres han logrado escalar puestos en la sociedad y con su esfuerzo han logrado el reconocimiento y respeto de la mujer en los ámbitos dominados por el hombre. Hoy es muy común ver políticas destacadas, empresarias exitosas, comunicadoras brillantes, deportistas triunfadoras, escritoras cultas, en fin, mujeres que han logrado mostrar que no hay inferioridad hombre y mujer y que las labores que realiza un hombre pueden ser desempeñadas también por mujeres.

Ya no son los garbanzos de a libra que de cuando en cuando da la historia como Sor Juana Inés de la Cruz, sino que ya aparecen de modo natural, hoy se presume que ya casi el cincuenta por cierto de diputadas son mujeres; lo mismo pasa en centros de trabajo, ya hay directoras de personal, gerentes, y no solo secretarias, asistentes, edecanes, no, ya los puestos directivos son ejercidos y de manera brillante por mujeres.

Da gusto que se les dé el justo reconocimiento porque no ha sido fácil para ellas lograrlo. Desde aquellos años cuando comenzaban en México los movimientos de liberación femenina con motivo del año internacional de la mujer, incluso Óscar Chávez dedicó una canción a un congreso celebrado en Ciudad de México: “junio del 75 en México no te asombres se reunieron mil mujeres para hablar mal de los hombres”.

Sin embargo, el camino sigue siendo sinuoso, se sigue pidiendo que haya igualdad, que no haya maltrato, que se superen los estigmas contra las mujeres, especialmente el estigma tlaxcalteca de “trata de las mujeres para la prostitución”, misma que nos ha dado fama internacional y que no ha sido debidamente atacado. El corredor Santa Ana – Puebla sigue siendo un grito desesperado ante el cual se presume corrupción y lo que es peor, participación de autoridades en este flagelo, porque como muchos han dicho en los medios y en varios foros, “es imposible que nadie se dé cuenta de lo que pasa cuando todo es a la luz del día y a ojos vistos”, lo que peor, son los señalamientos del pago de cuotas a autoridades para permitir que el fenómeno siga vivo.

Las recientes heridas abiertas contra las mujeres son las “desapariciones de niñas y adolescentes”, que están provocando la solicitud de comparecencia de la Procuradora ante el Congreso, para que explique los alcances de la investigación de la desaparición de Karla Romero. Aún falta la aprobación del Ejecutivo, sin embargo, se debería tener cuidado para no caer en lo simplemente mediático y poco efectivo. Lo cierto es que se ha creado una psicosis con motivo de estas desapariciones, algunas de las cuales han quedado en simples fugas de adolescentes con el novio, pero que no dejan de preocupar.

Por otra parte, la llamada cuota femenina en el próximo proceso electoral está generando problemas en los partidos que le sufren por no tener en sus cuadros mujeres que quieran participar en la política electoral, por una parte el ITE les pide el 50 – 50 en sus cuadros, y lamentablemente, los partidos no se habían preocupado en fortalecer sus filas con mujeres y ahora sufren para formar sus planillas de cara a la elección. Si bien esto es parte del reglamento para la elección, el obligar a tener cuota femenina se convierte en dolor de cabeza y a la vez que trata de igualar las oportunidades para las mujeres. Sin embargo, esa misma medida priva la calidad, porque valdría la pena que las candidaturas se otorgaran a las personas que demuestren mayor calidad y capacidad, independientemente de su sexo, si fuesen 50 candidatas mujeres con capacidad y calidad, no debiera importar su número, sería preferible apostarle a la calidad antes que al número por razones de sexo.

Pero bueno, lo importante es que de cara a las celebraciones que se dan con motivo del día internacional de la mujer, el hecho nos sirva de toma de conciencia para valorar a la mujer y sus esfuerzos, así como a tutelar sus derechos y cuidar que la sociedad cada día sea más respetuosa de la mujer y se le cuide como el mayor de nuestros tesoros.