Las duras lecciones de la política
19 de febrero - 2016

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Por Violeta Hernández Trejo

En el libro Una lección para todas, de la periodista Katia D´Artigues, presentado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, apenas hace unos días, la excandidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota junto con Patricia Mercado y Cecilia Soto, ambas expresidenciables, hablaron de las experiencias que enfrentaron en este espinoso camino, en su intento por llegar a los Pinos.

Además de todas sus cuitas y de los desengaños que se llevó al enfrentarse no solo al poder del Estado sino a una misoginia acendrada, Josefina Vázquez Mota reconoció que uno de sus principales errores fue querer abarcar todos los aspectos de su campaña, no soltar nada. Es decir, quiso tener brazos de pulpo y acabó cercenada.

Además, con una admirable humildad habla de esta experiencia que le dejó muchas lecciones, que ahora gustosa comparte. Hay que reconocer que la mujer tiene un gran carisma, ella es natural y auténtica, cosa de la que difieren otras militantes del blanquiazul que a la distancia la quieren imitar y hasta le roban sus frases más pegadoras, pero nunca con esa naturalidad, como lo hace la caprichosa y soberbia Adriana Dávila, quien por cierto se ve bastante fingida, quiere parecer tan natural y acaba siendo un remedo de varias panistas, incluida su protectora Luisa María Calderón.

Bueno, el asunto es que Josefina comenta que otra de las enseñanzas que le dejó la contienda fue centrarse solamente en su fin principal: convencer al electorado, mas no en tratar de sentar a los contrarios, porque hay diferencias irreconciliables que no se van a saldar, para qué desgastarse, pues los contrarios se montan en su macho y siquiera aceptan sentarse en la misma mesa y menos tomarse la foto para mostrar unidad, músculo, acuerdo; no, esos intentos, para ella, resultaron infructuosos y perdió un tiempo valiosísimo que, a la postre, fue una carga muy negativa, contribuyendo a una dolorosa derrota.

Incluye en estos aprendizajes, otro factor: la construcción de escenarios, lo que implica ir armando el futuro, pues en política nada es casual, y aquí sí, camarón que se duerme, se lo lleva la corriente. Quien llegue a una candidatura pensando que las cosas van a fluir por encanto, ya tiene un fracaso asegurado. Perfilar los escenarios, con la incorporación paulatina de una serie de elementos, requiere de maestría, experiencia, audacia y disciplina, para no construir castillos de arena.

En fin, en el texto que hace un recuento de la suerte que vivieron las políticas mexicanas hay otros tantos factores que pueden tomarse como un buen punto de referencia, mejor hay que leerlo, no es por comercial, es por aprendizaje, porque en estos tiempos no faltan los gurús que creen tener la vara mágica que moverá a la enorme masa del electorado, entonces, hay cosas importantes que rescatar de la obra de Josefina Vázquez, Patricia Mercado y

Ubicándonos en el contexto local, hay escenarios que se han modificado sustancialmente, ahora tenemos a dos priístas en franca pugna por la candidatura del PRI a la gubernatura, Ricardo García Portilla es la apuesta de las bases y Marco Antonio Mena representa lo más negativo del Revolucionario Institucional: la imposición, el dedazo y el madrazo, es la continuidad de una marianismo que solo ha dejado desencanto, fragmentación y podredumbre. A ver de qué cuero salen más correas.

En el PRD, Lorena Cuéllar sigue recibiendo descalabros, cada vez enfrenta una terreno más adverso, es evidente, que su relación con el nuevo dirigente nacional del sol azteca, Agustín Basave es fría, fría , fría, como témpano. Habrá sorpresas.

Por el otro lado, el orticismo se mueve como una ola, tienen a un maestro de la política, trabajan a todo lo que da para reposicionar la figura de Serafín Ortiz como su carta más fuerte, y el diputado del PAC ya está más que montado en la candidatura de su partido. Su mayor fortaleza es que el hombre ya tiene bien delineada una propuesta del porqué y para qué del trabajo que ofrece encabezar en favor de los tlaxcaltecas. Serafín ya aprendió a escuchar y también a medir sus decires, va caminando firme, y será un enemigo de cuidado, porque en política no hay enemigo pequeño.

hernandeztrejov@gmail.com