La devaluación del peso y el endeudamiento
27 de enero - 2016

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Senadora Adriana Dávila Fernández

Es preocupante la situación económica nacional. Por más que el gobierno federal insista en que la devaluación de nuestra moneda no afecta al aparato productivo, lo cierto es que esta crisis representa un riesgo, pues la volatilidad del peso frente al dólar (máximo histórico de hace unos días que ha reportado poco más de 19 pesos por la divisa americana), la caída de los precios del petróleo, la falta de crecimiento y de inversión, el desempleo, entre otros factores, son hechos que paralizan la productividad nacional.

Al respecto, vale la pena citar algunas ideas del presidente del Partido Acción Nacional (PAN), Ricardo Anaya Cortés: “El dólar se cotiza en máximos históricos frente al peso y esto ya está provocando fuertes pérdidas cambiarias a las empresas, lo cual inevitablemente se traduce en que inviertan menos, y por lo tanto, en que haya menos crecimiento económico y menor generación de empleos. No hay duda de que los altos precios del dólar afectan ya el crecimiento económico y la generación de empleos, y es ingenuo pensar que no se traducirán en un aumento generalizado de los precio… sobre la deuda… su nivel actual es preocupante, pues de acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, al cierre del tercer trimestre de 2015 ésta ascendía al 45 por ciento del PIB, diez puntos más que hace tres años, cuando inició el actual gobierno. De continuar así, México llegará a niveles que pondrán en duda su solvencia”.

Frente a las condiciones de la economía interna, hay que agregar la situación de la economía mundial (Europa, Japón, China, sin dejar de lado a los Estados Unidos); las variaciones en las bolsas de valores de diferentes países han repercutido en nuestro país; bajo estas circunstancias, los pronósticos para este año no pintan mejor que los índices alcanzados en 2015; si no se toman medidas preventivas efectivas que no afecten en gran medida a la mayoría de los mexicanos, el crecimiento anual del Producto Interno Bruto será más o menos del 2.5 por ciento.

Si bien en esta administración se aprobaron reformas estructurales, la realidad es que su instrumentación no ha logrado sortear en mayor medida las necesidades económicas básicas de los mexicanos. El gobierno actual ha emprendido acciones paliativas que no han remediado de fondo ni reactivado la economía nacional.

Pese a los anuncios del ejecutivo de “apretar el cinturón” y hacer reajustes en la administración pública, -como lo ha hecho la gran mayoría de los mexicanos-, lo que ha prevalecido es el mantenimiento de su propia “burocracia”, es decir se continúa con el mismo gasto corriente.

En suma, la situación económica actual provoca incertidumbre, estamos frente a una situación de contingencia que el gobierno no puede dejar de lado, el propio Gobernador del Banco de México ha alertado sobre las “turbulencias” que pueden afectar la economía mexicana, por lo que es momento de cambiar el rumbo, de apostar a la inversión en infraestructura para generar empleos, mejorar servicios públicos, como la salud y la educación, y de esta forma activar la economía para garantizar el bienestar social; no se debe generar más endeudamiento que comprometa el futuro generacional, ni disminuir recursos para la obra pública o para la construcción de vivienda digna; hay que fomentar programas sociales reales –no de fin electoral- y políticas públicas eficientes, de corto, mediano y largo plazo que impulsen el bien común.

No se debe olvidar que la mayor parte del comercio exterior (alrededor del 80 por ciento) es con los Estados Unidos de Norteamérica y la cotización es en dólares; son innegables las pérdidas cambiarias; muchas empresas se han visto afectadas por los altos precios del dólar, dado que se importan insumos o mercancías y las ventas son en pesos; eso necesariamente repercute en la inversión en el corto y mediano plazo.

No se trata de justificar la situación económica, sino de entender que la depreciación del peso es un golpe directo al bolsillo de la economía familiar porque aún y cuando pueda estimular la inversión extranjera –poco probable ante la crisis mundial-, hay una reducción real y palpable en el poder adquisitivo de quienes ganan en pesos mexicanos, es decir, hay un empobrecimiento en la mayoría de la población.

Quizás lo más preocupante es que tenemos antecedentes de devaluaciones del peso que han generado crisis económicas, mismas que impactaron en la pérdida no solo del empleo, sino del patrimonio familiar, lo cual provocó el comercio informal en detrimento de las finanzas públicas, así como el incremento de ilícitos menores que, en el mediano plazo, desarrollaron bandas delictivas de narcotraficantes, secuestradores, entre otros. En esta administración, el tipo de cambio del peso con respecto al dólar ha sufrido una depreciación superior al 40 por ciento, a pesar de la subasta de miles de millones de dólares de la reserva nacional.

El gobierno debe demostrar en los hechos la fortaleza del peso; estimular al sector productivo para generar empleos, el combate frontal a la corrupción y evitar el endeudamiento del país.

RECUENTOS DE LA RECAPTURA

Pasan los días y lo único que tenemos son elementos que alimentan el morbo social, se filtran conversaciones entre una actriz y el reo recién recapturado; se especula sobre inversiones, en pocas palabras se magnifican los hechos.

Se desvía la atención de lo importante: conocer a quienes participaron por omisión o comisión en la espectacular fuga. ¿Cuál es el nivel de infiltración de las autoridades?

RECUENTOS SOBRE LA MARIGUANA

En esta semana comenzará el debate sobre el uso legal de la mariguana. Amplia convocatoria para conocer la visión de especialistas en la materia, se buscará contar con información suficiente y de calidad para fijar criterios legislativos.