Con una mayoría de diputados enfilados en el proceso electoral todo indica que la renovación de la CEDH seguirá en la enorme lista de pendientes. En las últimas dos semanas dos bancos fueron presa de la delincuencia y no es raro, basta ver como se han relajado las medidas de seguridad al interior y exterior de dichas instituciones.

Por Edgardo Cabrera

Con una mayoría de diputados enfilados en el proceso electoral (como candidatos u operadores) todo indica que la renovación de la Comisión Estatal de Derechos Humanos seguirá en la enorme lista de pendientes.

El asunto no es sencillo y requiere no sólo de ocurrentes declaraciones de Refugio Rivas quien, se supone, tiene en sus manos encaminar por buen rumbo el proceso pospuesto desde agosto del año pasado.

El legislador del Movimiento Ciudadano una semana dice una cosa y la siguiente debe recular, sobre todo al marcar plazos fatales para emitir un dictamen y recomponer la elección del nuevo ombudsman y su consejo consultivo.

El Congreso se metió en camisa de once varas y aunque algunos diputados aseguran que el problema “no es complicado resolverlo”, se requiere talento jurídico y político para sacarlo adelante.

De mantenerse en la postura de elegir de entre los preseleccionados al nuevo presidente de la CEDH les lloverán los amparos, empezando por el tema de la violación a los plazos establecidos en la convocatoria emitida el año pasado.

En caso de tirar la convocatoria y reponer todo el proceso, también corren el riesgo de que aquellos que se inscribieron y cumplieron con los plazos, así como con los requisitos para concursar por el cargo, se inconformen y soliciten el amparo de la justica federal.

Por si fuera poco, sabemos de buena fuente que el expediente del proceso de renovación que llevó en su momento el diputado Baldemar Cortés está incompleto.

Recordemos que en la pugna por el control y reparto del organismo, el legislador que representa ahora a Morena fue removido de la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso y en su lugar impuesto su ex correligionario Refugio Rivas.

En este proceso, nos dicen que nunca se entregó todo el expediente donde se encuentran los resultados de las entrevistas realizadas a los aspirantes al cargo de ombudsman y miembros del Consejo Consultivo.

Por lo pronto el único afectado es el organismo garante de la defensa de los derechos humanos que vive y trabaja en medio de la incertidumbre laboral, pero además acotados para realizar su trabajo.

Relajados

En las últimas dos semanas dos bancos fueron presa de la delincuencia, el 11 de enero en el Scotiabank de Chiautempan despojaron de alrededor de 50 mil pesos a un cuentahabiente, y apenas el martes estuvo a punto de consumarse otro atraco al interior del Banamex de Ocotlán.

Si bien las policías de Chiautempan y la capital han mostrado debilidad al patrullar en la zona conurbada de ambos municipios, las instituciones bancarias también tienen su parte de responsabilidad.

Las medidas se han relajado al interior y exterior de dichos establecimientos, carecen de seguridad privada, los clientes usan sin reparo aparatos de comunicación y no es raro ver a gente formada con gafas, gorras y sombreros.

El año pasado también se cometieron atracos a bancos en Zacatelco, Panzacola y Apizaco, otros más, sabemos, no se han reportado.

De no corregir las fallas de seguridad y redoblar la coordinación con los cuerpos policiacos lo mas seguro es que la delincuencia siga haciendo de las suyas.

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