La cúpula priísta evitó el desgaste de ir a un proceso interno y ponderaron la propuesta del gobernador quien le dio al tricolor 3 diputados federales este año, para repetir la fórmula tenían que darle mano a Mariano, ese fue el principal argumento. Y Ricardo Anaya utilizó el mismo vehículo de comunicación para asestar un golpe a Adriana Dávila

Por Edgardo Cabrera

Pasó lo que tenía que pasar, la cúpula priísta evitó el desgaste de ir a un proceso interno y ponderaron la propuesta del gobernador quien le dio al tricolor 3 diputados federales este año; para repetir la fórmula tenían que darle mano a Mariano, ese fue el principal argumento.

Así, Marco Mena Rodríguez fue designado candidato de unidad con lo que se concreta también el relevo generacional, principal planteamiento del marianismo para renovar al partido.

Para legitimar la decisión, el estudio de debilidades y fortalezas denominado FODA fue la herramienta que terminó por convencer a la cúpula nacional y al propio presidente Peña Nieto.

Y es que el aún diputado tiene dos victorias al hilo, la primera en la competencia por el entonces distrito local I y la segunda en la elección federal ya que como dirigente entendió el plan de Mariano y logró el carro completo para el PRI.

A lo anterior se agrega el amplio currículo académico y los puestos alcanzados en el IFE y la OCDE, aunado a las buenas cuentas que entregó como secretario de Turismo.

En la herramienta de análisis de los aspirantes no muy lejos se quedó Ricardo García Portilla quien se encamina a una eventual senaduría.

La pinza para inclinar finalmente la balanza fue la consolidación de la única alianza registrada para las elecciones de junio, fue impulsada por Mariano González Zarur quien desde el principio traía una terna para la gubernatura (Anabel Alvarado, Marco Mena y Ricardo García).

Ruido

Todavía la víspera un nervioso Noé Rodríguez Roldán generó una cortina de humo, lanzó el rumor de que solamente él y Anabell Ávalos estaban en la final para definir al candidato, pero la verdad cayó por su propio peso y sus entusiastas futuristas volvieron a errar.

El asunto es que el oriundo de Calpulalpan era el peor calificado de los aspirantes, tiene récord en derrotas, incluso vergonzosas como esa de la diputación donde perdió DOS VECES con todo y el aparato de gobierno volcado a su favor frente a un completo desconocido llamado Julio Álvarez.

Con la decisión priísta la alianza ya tiene a su abanderado, ahora en cascada vendrá el palomeo de candidatos a presidentes municipales y diputados con la misma estrategia: evitar los procesos internos, privilegiar los FODAS sobre las encuestas y amarrar a los aspirantes para evitar eventuales salidas.

De nuevo la incertidumbre

En esto del convulso arranque político del 2016, ayer el dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya utilizó el mismo vehículo de comunicación para asestar un golpe a la senadora Adriana Dávila.

Y es que la víspera Adriana aseguró en el noticiario de Ciro Gómez Leyva que el tema de la coalición con el PRD era caso cerrado tras el vencimiento del plazo de registro.

Sin embargo Anaya enfatizó que aún no hay nada definido y que todavía cuentan con la figura de la candidatura común para ir juntos panistas y perredistas.

Las posturas encontradas de Dávila y Anaya únicamente contribuyen a generar más ruido e incertidumbre entre azules y amarillos que aún siguen sin encontrar la brújula de lo que será su esrategia de campaña.

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