El dirigente nacional del PAN sabe que de los 12 estados que renovarán sus gubernaturas solamente en Tlaxcala el albiazul cuenta con mujer como aspirante, por eso el espaldarazo del viernes. Y Anabell Ávalos y Noé Rodríguez se niegan a aceptar que la carga en el PRI está a favor de Marco Mena Rodríguez y Ricardo García Portilla

Por Edgardo Cabrera

La presencia de Ricardo Anaya en el informe de labores legislativas de Adriana Dávila fue un espaldarazo a sus aspiraciones a la gubernatura.

Aunque sus detractores minimizan el hecho, el asunto es que el dirigente nacional del PAN sabe que de los 12 estados que renovarán sus gubernaturas en 2016 solamente en Tlaxcala el albiazul cuenta con mujer como aspirante y ésta se encuentra competitiva según las encuestas que tienen.

Sacrificar a su correligionaria no mandaría buena señal ante el discurso de defensa de género con el que pretenden combatir el crecimiento de Andrés Manuel López Obrador rumbo a las elecciones presidenciales.

No perdamos de vista que para el líder nacional del PAN el tabasqueño es un misógino, por descalificar las aspiraciones de la ex primera dama Margaria Zavala.

Por eso el viernes el líder nacional se hizo presente en Apizaco, la señal fue clara y abierta, no hay margen de interpretaciones; se desvivió en elogios a la senadora y sentenció que con ella “Tlaxcala tiene un futuro mejor”.

Mala lectura

Anabell Ávalos y Noé Rodríguez se niegan a aceptar que la carga en el PRI está a favor de Marco Mena Rodríguez y Ricardo García Portilla.

Ambos iniciaron abiertamente sus precampañas. Se dicen institucionales y que se mantendrán en su partido, algo que dudamos.

Noé poco tiene que hacer en la competencia interna, los sectores y organizaciones no están con él, su fuerza se centra en lo más recalcitrante del Revolucionario Institucional. Su nombre no es recordado en las esferas nacionales de su partido donde Manlio Fabio Beltrones sigue sin recibirlo.

Su salida de la representación de la Segob en Puebla no fue en buenos términos, por lo que su discurso es anti Mariano. Le apuesta al ataque y la victimización.

Contrario es el caso de Anabell Ávalos, a quien la prensa nacional la menciona dentro de la terna del PRI a la gubernatura, su nombre aparece junto con Marco y Ricardo.

Ya como aspirante a la gubernatura apeló a la unidad, evitó confrontarse con el gobernador y se mostró –al menos en el discurso- respetuosa a las reglas, disciplina e institucionalidad.

A la ex funcionaria le pesa su derrota en la competencia por la senaduría. Recordemos que de esa elección llegaron a la Cámara Alta las hoy aspirantes a la gubernatura Lorena Cuéllar, Martha Palafox y Adriana Dávila.

Si bien en la elección federal no encabezó la fórmula y su compañero (Joaquín Cisneros) mostró una desesperante pasividad, el descalabro es compartido por aceptar ser candidata.

Ávalos no es la candidata del marianismo pero su renuncia a la delegación nos adelanta que será protagonista en el 2016, ya sea como candidata u operadora, veremos si al final del verdadero proceso interno del PRI (que es en estas 3 semanas) se mantiene militando en el tricolor o hace sus maletas y migra a otro proyecto.

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