Por: Gerardo Orta.

La semana pasada se presentó el cartel taurino para la tradicional corrida navideña en la plaza de toros Rodolfo Rodríguez El Pana de Apizaco, en el que, el hasta hoy novillero Alejandro Lima El Mojito, tomará la alternativa de manos del hidrocálido Arturo Macías con toros de La Magdalena González.

La cita será el 25 de diciembre a las 4:30 de la tarde, y partirán plaza además de los citados, Antonio García El Chihuahua, que hará las veces de testigo del doctorado del oriundo de Tzompantepec.

También partirá plaza el rejoneador Horacio Casas, quien estará acompañado de los Forcados de Hidalgo.

Los comentarios a favor y en contra de la alternativa de Alejandro Lima no se han dejado esperar. Y es que tras su paso por tierras ibéricas, el torero tlaxcalteca sumó votos a su causa, pues terminó toreando más tardes de las que se tenían presupuestadas.

Sin duda logró cumplir ese sueño que, quizás, sea uno de los pendientes de muchos toreros, incluso de algunos ya con alternativa, pero quizás hace falta cuajarlo más y torear aún más para llegar con paso firme a la alternativa.

Desde este espacio deseamos el mayor de los éxitos a Alejandro Lima, un tipo al que, sin duda, distingue su sencillez y el amor por su familia, aliciente éste último, principal para conseguir sus objetivos.

Balance agridulce

La Monumental Plaza de Toros México llegó a su corrida número ocho del serial anunciado hace unos meses, y a lo largo de los festejos celebrados, hemos sido testigos de altibajos en cada una de las tardes.

Me refiero particularmente a los encierros lidiados en el máximo coso del país, los ha habido de todo tipo, bravos (los menos), mansurrones, débiles y anovillados. Ya no es una sorpresa que los encierros abigarrados colmen en cada festejo de la Monumental.

Desafortunadamente, los clamores, quejas y hasta mentadas de madre de un sector de la afición, no han rendido los frutos deseados, no de ahora ni de la temporada pasada, sino de lustros buscando la calidad en el espectáculo taurino.

Los comentarios de algunos “taurinos” respecto a lo negativo que es el espectáculo en la actualidad, no abonan nada a la fiesta brava. Aunque, pareciera que tienen la razón entera.

Hace años que el público no sale toreando de una plaza de toros gracias a lo que vio en el redondel, hace años que no se puede hablar de una campaña exitosa respecto a lo que se lidia cada tarde.

Ciertamente el aficionado busca defender la fiesta, su fiesta. Es tan suya que lamenta lo que le “avientan” cada tarde, perder varios  pesos por un paupérrimo espectáculo, y terminar decepcionado con la esperanza de regresar para ver un espectáculo acorde a su historia y tradición.

La verdad es que el verdadero aficionado, aquel que se informa y lee de toros, nunca estará contento con nada, siempre encontrará un negrito en el arroz que le motive a hablar mal de la fiesta, no obstante que sus comentarios, entierran aún más a un espectáculo que pareciera estar sumido en el lodo, entre más se mueve y se realiza, más se hunde en la mediocridad.

Sin embargo, cada tarde de toros será la oportunidad máxima de recomponer el camino, aunque sea por un instante.