Vive La France
16 de noviembre - 2015

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Pbro. Ranulfo Rojas Bretón

Los ataques recientes a Francia no solo son lamentables, logran lo que se han propuesto: Sembrar el terror; y con ello provocar varios efectos. Ante la llegada de tantos inmigrantes que huyen de la violencia sembrada por el EI (Estado Islámico) uno de los efectos es intimidar a los gobiernos para cerrar sus fronteras con la sospecha de que junto con los refugiados puedan llegar terroristas y quede vulnerable el país. No olvidar que ya son cientos de miles y continúan llegando a Europa, entonces los países están analizando la posibilidad de cómo repartírselos y así no ser gravosos para uno solo, pero después de los atentados, por obvias razones, los países deberán tomar mayores precauciones y cerrando sus fronteras será muy difícil para los que huyen, encontrar las facilidades que ya se estaban dando.

Otro de los efectos inevitables será el miedo a las concentraciones, a asistir al teatro, al fútbol, a cualquiera de los eventos masivos por el riesgo de que se aparezcan terroristas y pongan en riesgo la vida.

El turismo también sufrirá una baja obligada, ya se han cancelado viajes a Francia y todos sabemos que si el turismo disminuye, la situación económica también se complica. Francia es el país que hasta donde yo sabía era el que más turismo recibía, imagino que aún sigue siendo el de mayor turismo. Así que el daño económico que sufrirá Francia también se debe tener en cuenta ante estos ataques.

Recordemos lo que pasó en Estados Unidos con lo del 11 de noviembre, cerró sus fronteras y el ingreso y salida eran muy controlados generando en las carretera filas interminable de México para Estados Unidos y las revisiones se hicieron más exhaustivas. No sucedía lo mismo en Francia, pero seguramente pasará lo mismo. Los demás países de la zona tomarán también sus propias medidas que seguramente serán similares.

El terrorismo tal y como ha sido llamado, trata de lograr precisamente eso, sembrar el terror, hacer que nadie se sienta seguro, que todos se preocupen cada día y vivir amenazado. En el caso de Paris el Estado Islámico ha colocado sobre la cabeza de la gente la “espada de Damocles” y generado pánico.

Lo lamentable es que tal y como se descubrió en los atentados del 11 de septiembre, donde Osama Bin Laden, había vivido en los Estados Unidos y su familia tenía negocios con el país, también en el caso de París, en el reciente atentado en Turquía, o como algunos piensan en el caso del avión ruso que cayó a tierra, el EI está activando células que fueron formadas en países europeos. Según se dice, el máximo líder del califato islámico, vivía en Londres, y quienes atentaron en París eran ciudadanos franceses.

Tampoco pueden olvidarse los atentados del mismo EI en países africanos como Nigeria, donde ha habido masacres que si bien como normalmente pasa con países pobres no tienen la misma cobertura, no por eso dejan de ser importantes y preocupantes.

Ante el problema de los desplazados que buscan llegar a Europa huyendo del EI, seguramente las medidas de recepción se endurecerán y provocará otro drama para los refugiados pues los países tomarán medidas duras que les permitan constatar la identidad de a quienes están recibiendo, pues nadie podrá sentirse seguro de que junto con refugiados no estén entrando a su territorio posibles terroristas.

Lamentablemente también quienes profesan el Islam en Europa estarán siendo señalados y no faltarán radicales que vean en ellos a posibles terroristas y tomen acciones violentas contra ellos. Los radicales islámicos han malentendido las enseñanzas del Corán que no son violentas y han hecho una exégesis equivocada que les hace pensar que están en una guerra santa, una “Yihad” contra infieles y contra el mundo occidental.

El G20 ya reunido en Turquía seguro tomará también decisiones radicales, y unido a los bombardeos de Francia que ha declarado la guerra al EI, otros países muy probablemente se sumarán a Francia en previsión de que las acciones de terror lleguen a sus territorios.