Por Fernando Tamayo

La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha puesto sobre la agenda pública la discusión respecto a la legalización del consumo y cultivo de la marihuana. Aunque la comercialización quedaría en el terreno de lo prohibido la decisión del máximo tribunal del país sería transcendental en la vida social y política de México, sobre todo si tomamos en cuenta que dicha substancia es una de las que han permitido la proliferación del narcotráfico en México.

El proyecto del magistrado Arturo Zaldívar que resuelve un amparo promovido en 2013 por un grupo de personas a las cuales se les negó por parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) un permiso para el cultivo y consumo personal de la marihuana con fines medicinales y recreativos.

El citado proyecto podría convertirse en la piedra medular a través de la cual se reconoce el derecho de toda persona para hacer uso de dicho estupefaciente que hasta el día de hoy está prohibido.

La demanda que tendrá que resolver la SCJN en próximos días ha permitido el debate abierto en torno a la legalización de algunas drogas que hasta ahora resultan prohibidas, sobre todo en un momento de la historia donde gran parte de la sociedad, considera que la legalización de ciertas substancias, como lo es la marihuana, podrían permear los efectos negativos que la lucha contra el narcotráfico han provocado.

Y es que la negativa por parte del Estado Mexicano para permitir el uso de la marihuana como un elemento medicinal o recreativo contrasta con la autorización que poco a poco se extiende en terreno norteamericano donde el consumo y cultivo son cada vez más normales. ¿Por qué México tiene que cargar con los daños de una guerra promovida por parte de nuestro vecino del norte mientras en Estados Unidos la proliferación de negocios relacionados con la marihuana crece e incluso se convierten en una actividad que promueve la economía americana?

De acuerdo a varios estudios sobre el impacto que la legalización de las drogas en México produciría, se debe tomar en cuenta, en principio, que el consumo de las mismas se ha incrementado en nuestro país mínimamente. De acuerdo a la Encuesta Nacional de las Adicciones, de 2002 a 2014, el incremento en el uso de sustancias prohibidas fue únicamente del 0.4%, circunstancia que no es significativa y que demuestra que los mexicanos siguen siendo más productores y comercializadores de drogas para consumo norteamericano que para distribución y venta en territorio nacional.

Por otro lado, debemos advertir que desde el punto de vista legal, las normas jurídicas suelen ser de dos tipos; aquellas que buscan regular las actividades humanas y, por el otro, las que deben adaptarse a las realidades sociales. En este contexto, el hecho de que las drogas se encuentren prohibidas en nuestro país no es una acción que derive en que las mismas no existan, el consumo de marihuana resulta incluso prehispánico, por lo que con solo prohibir a través de una norma su utilización no garantiza que la misma se pueda erradicar.

Finalmente debe tomarse en cuenta que de legalizarse las drogas no solamente se mirará la posibilidad de ser utilizadas sino, además, debe contemplarse la regulación debida sobre su producción y utilización al tiempo de que todas estas medidas jurídicas vayan acompañadas de políticas públicas que fomenten, principalmente entre la juventud, la prevención de las adicciones y particularmente el desarrollo saludable e íntegro de la sociedad. Al tiempo.

Desde la barrera

La legislatura del Estado volvió a las andadas, la semana anterior se sacaron de la chistera un acuerdo por el cual se nombraba por un solo día y por única ocasión al Diputado Julio Álvarez Presidente de la Mesa Directiva para que fuese el protagonista del evento que año con año celebra la incorporación de Calpulalpan a territorio tlaxcalteca. Al más puro estilo de la película “La Ley de Herodes” nuestros representantes locales decidieron cambiar la ley para acomodarla a su conveniencia personal aplicando aquel adagio de Luis Estrada Director de dicho filme donde: si la ley no te acomoda simplemente la cambias.

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