Malos ejemplos
8 de septiembre - 2015

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La Caiptlax y el Congreso local son malos ejemplos en materia de transparencia y los hechos así lo demuestran. De acuerdo con el Ranking de Portales de la Transparencia 2015, Tlaxcala está entre las 3 peores entidades del país, mientras que en el Congreso apelan a la “confidencialidad” para ocultar la nómina que se paga con el erario

Por Edgardo Cabrera

El organismo que preside Aída González Sarmiento lo mismo evalúa a los poderes del estado, que a los ayuntamientos y a los organismo públicos, al tiempo que se acredita autoridad moral para calificar la labor periodística en materia de transparencia.

Por si fuera poco, desde su llegada a la presidencia de la Caiptlax se ha dedicado a firmar sin ton ni son supuestos “compromisos” con los alcaldes para que “hagan el favor” de cumplir con lo que establece la ley de acceso a la información pública.

En los hechos y de acuerdo con el Ranking de Portales de la Transparencia 2015, Tlaxcala está entre las 3 peores entidades del país. De 100 puntos evaluados apenas alcanzamos 30.01 y solamente superamos a Yucatán y Baja California Sur, que obtuvieron 28.68 y 24.15, respectivamente.

Dicho ranking es elaborado desde el 2006 y los resultados hasta el 2013 se han consignado en el libro: La larga Marcha del Gobierno Abierto: Teoría, Medición y Futuro.

Aída González Sarmiento y los otros 2 comisionados dejan constancia así de su ineficaz labor, aunque la norma los faculte, en los hechos carecen de capacidad, ética y moral para evaluar o calificar la labor de los demás.

Ya por ahí suenan voces que piden que se les amplíe su gestión aprovechando las reformas a la ley en la materia, ¡nada más eso nos faltaba!

Hablando de opacos

Una muestra más de la ineficiente labor de la Caiptlax se encuentra en la opacidad del Congreso local en donde mantienen dentro de una caja fuerte la nómina.

Aunque prometieron información y transparencia en el tema de los basificados (de los que sabemos que son 32, aunque en su momento dijeron que solo eran 25 de los cuales 22 son familiares y allegados a los diputados) en los hechos se niegan a revelar los datos.

Los legisladores hicieron valer un acuerdo del 2014 mediante el cual clasificaron como “confidencial” los nombres y el gasto público en ese rubro.

Gentetlx presentó una solicitud de información para que se abriera al escrutinio público el gasto por concepto de nómina en la que se incluyeran no solo a los trabajadores, sino las dietas de los 32 legisladores, sin embargo dicha Soberanía negó los datos.

Argumentan que al revelar el nombre del trabajador, clave, puesto o área de asignación, sueldo mensual y prestaciones laborales proporcionadas vulneran los datos personales.

Sin embargo, por ser una percepción asignada con recurso público, proveniente de los impuestos ciudadanos, la información debería ser proporcionada en cumplimiento al principio de máxima publicidad.

Y como ejemplo está la Secretaría de Educación Pública federal que puso a disposición de la población las percepciones de todos los docentes del país, información que se puede encontrar en su página de internet donde aparecen nombres, categorías, sueldos, lugar de adscripción, en fin.

Es claro que, luego del escándalo, los legisladores le apuestan al tiempo y a la “confidencialidad” para mantener oculto el agandalle de plazas laborales y burlarse de la transparencia.

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