A la Verónica: Ya ni llorar es bueno
23 de agosto - 2015

Guadalupe_Posada

Lo que ocurrió en Huamantla el pasado sábado dejó saldos negativos para la fiesta de los toros en Tlaxcala. ¿Pero a quién le importa?

Al igual que ocurrió en la tradicional Corrida de las Luces, la mesa estaba puesta para que los aficionados fuéramos testigos de un acontecimiento taurino que reivindicara el espectáculo, cuando menos por una tarde.

Sin embargo, la desilusión llegó nuevamente a los ilusos que creíamos en la calidad de un espectáculo.

Quizás la presentación de los toros de De Haro fue irreprochable, una corrida con edad y peso reglamentarios. Incluso, me atrevería a opinar que la cornamenta fue adecuada e inspiraba temor en las fotografías que fueron enviadas a los medios de comunicación días previos a la corrida.

El honesto Antonio De Haro confirmó que sus toros salieron íntegros de la ganadería. Pero, ¿Qué pasó? Por qué los toros salieron rebajados groseramente al ruedo huamantleco.

El primer toro del matador apizaquense Sergio Flores fue descarado. Un aficionado en el apartado general de sombra comenzó a protestar la cornamenta del primero del lote de Flores.

La represión –no de la policía ni de las autoridades–, fue de un grupo de espectadores, que no aficionados, que defendieron a trompadas el cinismo descarado. Total, ya estaban alcoholizados, gozaban la pachanga. El aficionado que reclamó la trampa, fue sacado del coso.

Quizás los toros mejor presentados fueron los del colombiano Luis Bolívar y el primero de José Luis Angelino. El juego que estos dieron, es otro cantar.

Los toros de Antonio De Haro, siempre complicados, con genio, sin embargo, los del encierro del sábado fueron de más a menos, algunos terminaron rajados, sin embestir y sin transmitir al tendido. No obstante, hicieron sudar a los tres espadas, Angelino, Flores y Bolívar.

Resulta que en plazas de tercera como la de Huamantla ya no se puede reclamar absolutamente nada.

La protesta contra las trampas descaradas están prohibidas, máxime con unas copas encima de los aficionados que ven en una tarde de toros la oportunidad para embrutecerse de alcohol, ¡Qué importa lo que pase en el ruedo!

En fin, pasan los años, pasan las ferias, toros y toreros, y los que buscamos la calidad en el espectáculo seguimos con el hartazgo al salir de un festejo y analizando la posibilidad de dejar de acudir a una fiesta totalmente devaluada y desvirtuada de lo que debería ser.

También hay buenas

El anuncio de la presentación de José Tomás en la Plaza México causó sensación en los círculos taurinos del país y del mundo.

El torero consentido de la afición mexicana regresa al coso mayor de Insurgentes después de varios años de ausencia.

La presencia de José Tomas en la Plaza México será, sin duda, uno de los eventos taurinos de mayor trascendencia de la Temporada Grande 2015-2016. La cita es el 31 de enero, seguramente habrá mucha gente que se quede afuera de la plaza con las ganas de ver al denominado Príncipe de Galapagar.

La última vez que el torero hispano-mexicano pisó un coso en nuestro país fue en Aguascalientes, apenas el 2 de mayo pasado. Antes, en 2014, compareció en el ruedo de Provincia Juriquilla en Querétaro.

En ambos compromisos enfrentó mano a mano con Eulalio López Zotoluco y su compadre Fernando Ochoa, respectivamente.