2 de agosto - 2015
Uno de los temas pendientes para la fiesta de los toros tlaxcalteca es la actualización del reglamento para los espectáculos taurinos, documento obsoleto para las necesidades y exigencias de la afición.
En marzo pasado el diputado local perredista TOmás Orea Albarrán presentó un exhorto en el que se sugirió al gobernador Mariano González Zarur, la actualización de dicho documento dado que no ha recibido modificaciones desde hace 20 años.
Se espera que el nuevo documento sea emitido los primeros días de septiembre en el Congreso local, para que pueda cobrar vigencia en lo inmediato y de cara a los festejos de la feria estatal de Tlaxcala.
Sin duda hay pendientes que las autoridades estatales y encargadas de la promoción de la fiesta previeron en el nuevo reglamento.
Garantizar la integridad física de los toros, sobre todo los cuernos; mejorar las instalaciones de los cosos taurinos con todo y servicios; regular la actuación de vendedores, veterinarios y jueces de plaza; e incluso, la misma conducta de aficionados.
¿Se regulará también la conducta perversa y tramposa de algunos empresarios que venden perros con cuernos como toros en nuestras plazas tlaxcaltecas?
¿Alcoholímetro?
Autoridades del estado de Tlaxcala en coordinación con el ayuntamiento de Huamantla, tienen prevista la instalación de controles alcoholímetro durante la tradicional Huamantlada.
La medida abonaría, evidentemente, al espectáculo que cada año se presenta por las principales calles del denominado Pueblo Mágico.
Proteger al toro, pero sobre todo a las familias que acuden al circuito, son los temas pendientes para ese evento de máxima peligrosidad en el que se tiene previsto liberar 25 toros bravos, supuestamente limpios, pues en voz del empresario Carlos Tamayo Chavero, había encierros en anteriores ediciones “que ya se sabían hasta las calles”.
Alejandro Aguilar López, alcalde de Huamantla, reconoció en días pasados que algunos sectores de la población le han solicitado eliminar el evento debido a la supuesta barbarie que representa el maltrato a los toros, “no me atrevería” dijo el acalde.
De nadie es desconocido que la Huamantlada no es un espectáculo en forma, que aunque organizado, carece de la solemnidad que distingue a las corridas de toros, novilladas o festivales.
Reglamentarla no sólo es uno de los temas urgentes para el estado, sino para el municipio de Huamantla, con ello, se evitaría la ingesta desmedida de alcohol, incluso una noche previa, así como las constantes broncas que se dan entre los bravucones alcoholizados al final de la capea.
Por cierto que hablando de festejos callejeros, algunos sectores de la afición se han pronunciado a favor de que en Tlaxcala regrese el atractivo turístico conocido como Pamplona en Tlaxcala, organizado durante el sexenio de Héctor Ortiz, y que se recuerda como lo único importante en materia taurina del gobierno anterior.