Por Fernando Tamayo

El viernes fue convocado por el canal de televisión del municipio de Zacatelco un debate avalado por el propio Instituto Nacional Electoral, donde todos los candidatos de los distintos partidos fueron debidamente citados, incluyendo al único candidato independiente en Tlaxcala.

El evento que debería constituir una obligación dentro de los procesos comiciales, estuvo plagado de acciones que lejos de contribuir al desarrollo de la democracia y al fomento de la participación ciudadana se convirtió en el acto que pone de manifiesto que, al menos en territorio tlaxcalteca, la jornada electoral ha resultado tan indiferente incluso para los propios candidatos; de los 11 llamados, sólo acudieron tres.

En principio debemos reconocer la iniciativa del canal de televisión TV2 que con el esfuerzo de dar a conocer a la ciudadanía de la zona sur del Estado las propuestas de los contendientes en dicha demarcación lograron el aval del propio INE para llevar a cabo el único ejercicio de este tipo en todo el Estado.

En el modelo democrático mexicano, los debates entre candidatos lejos de verse como una oportunidad para realizar señalamientos y exhibir la vida privada de aspirantes deberían convertirse en la oportunidad idónea para dar a conocer, en términos prácticos, sus propuestas y plataformas permitiendo a la población contrastar a cada uno de ellos y auxiliarles a sufragar de una manera mucho más informada.

Tal vez por la escasez de conocimiento de sus plataformas, y ante la falta de propuestas claras y convincentes, la mayoría de los contendientes decidieron no participar, incluso algunos de ellos evidenciaron su falta de congruencia, ya que pese a haber confirmado su asistencia de último momento decidieron desairar su participación.

Caso aparte merece Daniel Romero, quien se ha referido como un personaje cuya forma de hacer política es distinta a la de los partidos políticos clásicos dada su condición de candidato independiente pero que en la práctica, al menos en este ejercicio democrático, aplicó el llamado “síndrome de la chimoltrufia” donde primero confirmó su asistencia y luego se retractó.

Sin embargo lo peor se presentó cuando a escasos minutos de iniciar el debate algún individuo o varios de éstos cortaron la señal de televisión local sin que nadie sospechara algo, y la autoridad brillara por su ausencia sin que a la fecha conozcamos nada de los responsables y cuáles fueron sus intenciones al bloquear la transmisión televisiva.

Ante todo lo anterior no nos resulta extraño que el abstencionismo sea el verdadero protagonista de una jornada electoral donde el desaire y el desinterés no son sólo propios de la ciudadanía sino, al menos en Tlaxcala, hasta los candidatos han mostrado su apatía. ¿Con esa voluntad y disposición pretenden representarnos en San Lázaro?

Desde la barrera

El fin de semana anterior España llevo a cabo elecciones. Lo relevante de ellas es que dos partidos políticos nuevos han irrumpido con fuerza en la escena política ibérica restando representatividad al bipartidismo que vive el modelo español. En el caso del proceso mexicano de 2015, ¿Cuántos partidos lograran mantener el registro?

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