A la Verónica: El secreto de Angelino
10 de mayo - 2015

gerardo_toros

La difícil profesión de matador de toros requiere el esfuerzo y constancia del valiente que se atreva a sortear las dificultades que ello encierra.

Correr la legua, pasar hambres, pernoctar en las dehesas sin más techo que el cielo estrellado, y lidiar con ganaderos celosos de sus reses e invitados.

José Luis Angelino es un torero que ha experimentado en carne propia cada uno de los contratiempos que encierra el mundillo del toro.

Él mismo lo explica y recuerda con nostalgia, entristecido pero reflexivo, cada pasaje en su trayectoria como matador de toros.

Fue el año 2011, particularmente, cuando el torero de Apizaco vivió en carne propia uno de los pasajes más tristes de su carrera.

Aquella tarde gélida de noviembre en la Plaza México fue, quizás, la peor de todas.

Acostumbrado al reflector previo a aquella tarde y a las atenciones de un torero exitoso, Angelino observó en esa comparecencia que aún quedaba mucho por aprender.

Después de tres avisos, un toro se fue vivo a los corrales ante la incapacidad de Angelino para pasaportarlo a la muerte.

El torero cayó desconsolado en sus sentimientos, en su ego y ánimos de torero. No encontraba el consuelo y pensó, por momentos, en quitarse la vida.

Sin embargo, como él mismo lo expresa, aquella tarde aciaga de 2011, lo llevó a descubrir un triunfo interior.

Después de aquel acontecimiento nadie creyó en él como torero, sus pocos amigos lo cobijaron, y aquellos coberos que en su momento lo arroparon, ya lo habían desconocido.

El joven torero de Apizaco vivió en carne propia la hiel de la fiesta brava. Recapacitó. El trago amargo lo hizo reflexionar sobre su carrera y futuro en los toros.

La disciplina física y mental le permitió reorientar su destino y sobre todo, madurar como torero.

A la fecha, sigue en la brega taurina, cosechando triunfos importantes y volviendo a la senda correcta.

Se le ve sobrio y reflexivo. Humilde acepta sus errores y confirma que los toreros deben sufrir la adversidad para poder colocarse en los cuernos de la luna.

Una de las gestas heroicas de un torero es la encerrona con seis toros. ¿Será capaz José Luis Angelino de pasar esa asignatura? Seguramente ya lo está pensando.