Los migrantes y su vulnerabilidad
7 de mayo - 2015

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Javier Ocadiz Cabrera *

Las y los migrantes son personas que parten de sus lugares de origen y, la mayoría de las veces, lo hacen huyendo de las asimetrías locales, en términos de acceso al ejercicio de derechos como empleo, seguridad, salud y educación. Cada vez son más las personas que dejan sus comunidades buscando una mejor calidad de vida, mayores recursos económicos o un entorno más seguro.

La globalización y la migración son fenómenos inseparables. La globalización promueve la circulación de capitales, cultura, tecnología e ideas, pero esa circulación es un movimiento que influye con tanta fuerza que cuestiona las fronteras e, incluso, las permea. En este gran flujo también se mueven las personas, pero éstas sí se ven afectadas por las fronteras.

Las personas que se ven en la necesidad de migrar sin documentos se encuentran en una particular situación de vulnerabilidad. Durante su trayecto, los migrantes se enfrentan con muros y desiertos, viajan en medios de transporte de alto riesgo, pernoctan en sitios abiertos, evitan el contacto con las autoridades porque desconocen sus derechos o porque prefieren no ejercerlos para no volverse visibles.

La vulnerabilidad de las personas migrantes se origina a partir de factores internos y externos que, al combinarse, disminuyen o anulan la capacidad que tiene un ser humano, un grupo o una comunidad para enfrentar una situación determinada. En este sentido, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha señalado que la vulnerabilidad coloca a quien la padece en una situación de desventaja en el ejercicio pleno de sus derechos y libertades.

Y es que la vulnerabilidad fracciona y, al hacerlo, anula el conjunto de derechos y libertades fundamentales, de forma tal que personas, grupos y comunidades tienen estos derechos únicamente a nivel formal, es decir en la ley, pero en los hechos no se dan las condiciones necesarias para su ejercicio.

La Organización de la Naciones Unidas señala que el número total de migrantes internacionales ha aumentado en los últimos 10 años, pasando de 150 millones, en el año 2000, a 214 millones, en la actualidad. Si las personas migrantes constituyeran un país, éste sería el quinto más poblado del mundo, solo después de China, India, Estados Unidos e Indonesia.

México es un país de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes. El Banco Mundial asegura que entre los años 2000 y 2005 salieron de México dos millones de personas para buscar trabajo en Estado Unidos. Entre los años 2007 y 2008, el 10 por ciento del total de la población mexicana residía fuera del país y la mayor parte de este porcentaje residía en Estados Unidos.

El Consejo Nacional de Población considera que la nueva era en la migración mexicana hacia Estado Unidos se caracteriza por una marcada tendencia hacia el aumento del tiempo de permanencia en ese país, en virtud de que cada vez es más difícil cruzar la frontera norte.

El Instituto Nacional de Migración reporta, en el estudio sobre migración centroamericana en México, de junio 2011, que esta migración de condiciones irregulares muestra una tendencia creciente de 1995 a 2005. A partir de 2006, la tendencia cambia a la baja, y se observa una reducción del orden del 70 por ciento en el periodo que comprende de 2005 a 2010, al pasar de 433 mil a 140 mil eventos.

El notable aumento que en los últimos años ha tenido, tanto en México como en la región, el número de mujeres, niñas, niños y adolescentes migrantes que viajan no acompañados de su familia hacia los Estados Unidos es otro elemento que requiere de puntual consideración al analizar el nuevo rostro de la migración.

* Visitador Adjunto de la Comisión Estatal de Derechos Humanos