Fanatismo peligroso
27 de abril - 2015

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Por Fernando Tamayo

El miércoles pasado se suscitó en la entidad un hecho sin precedentes en la historia reciente tlaxcalteca. La marcha religiosa en pro del llamado derecho a la vida es un acontecimiento que no puede pasar desapercibido ni por las autoridades ni por la sociedad en su conjunto.

Como lo señalé la semana anterior, el debate respecto a la despenalización del aborto en todas sus causales es un acontecimiento que requiere la participación de todos los sectores sociales. Si bien es cierto, debe respetarse y tomarse en cuenta el punto de vista de la iglesia católica, como el de cualquier otra en estos temas tan polarizados, lo que no es correcto es generar movimientos sociales sustentados en argumentaciones que no corresponden a la realidad.

El reclamo de las autoridades eclesiásticas tlaxcaltecas devino después de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación estuviese a días de resolver la acción de inconstitucionalidad que en el año 2013 tramitó el titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en contra de la derogación de ciertas causales que permitían el aborto. Y es que en una aberración jurídica en dicho año, la LX Legislatura del Estado eliminó algunas causales que permitían a las mujeres que pudiesen interrumpir un embarazo, como aquellas donde existiese una inseminación no consentida o donde el producto tuviese malformaciones genéticas o congénitas graves.

Así lo expuesto por la jerarquía católica nada tenía que ver con el contenido de la mencionada acción de inconstitucionalidad promovida por el ombudsman tlaxcalteca dado que el objetivo de la misma era reponer dos causales que permitieran el aborto. En dicho recurso jamás se consideró la posibilidad de legalizar la interrupción del embarazo en todos los casos como lo expresó el Obispo a sus feligreses.

La movilización católica en ningún momento y bajo ninguna circunstancia tenía razón de ser, particularmente por que el hecho de que se desconocía a fondo la intención de la CEDH en el recurso interpuesto ante la SCJN. Lo anterior sin tomar en cuenta que la misma constituyó una flagrante violación a la Constitución federal y al Estado laico proclamado en la misma.

A nadie se le puede negar la posibilidad de organizarse libre y pacíficamente para reclamar, exigir o bien expresar lo que a su derecho convenga, sin embargo, no debe perderse de vista que la iglesia católica como el resto de instituciones donde se profesa el culto se encuentran reguladas bajo las normas del Estado mexicano, el llamamiento de parte del representante en Tlaxcala a manifestarse en contra del aborto es un acto que obliga a la reflexión por parte del clero a efecto de que, en lo sucesivo, se actúe con mayor prudencia y responsabilidad. Por el bien de la estabilidad y tranquilidad sociales, los movimientos sustentados en la desinformación y en el fanatismo en nada contribuyen al desarrollo social. Al tiempo.

Desde la barrera

Curioso resultó observar la capacidad de movilización por parte de los integrantes de la actual Legislatura quienes para evitar que la Suprema Corte les corrigiese la plana en la acción de inconstitucionalidad promovida por la CEDH relativa al aborto, en tiempo record sesionaron para restituir las cosas al estado que se encontraban antes de la reforma de 2013. Ojalá en la mayoría de los asuntos pendientes de desahogar los legisladores se comportaran con tal eficacia y eficiencia.

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