Sin palabras
20 de abril - 2015

fernando_tamayo

Por Fernando Tamayo

Dado que las campañas electorales pasan sin pena ni gloria para la mayoría de tlaxcaltecas, los diputados locales dieron la nota al exhibirse que a través del uso de sus “facultades” determinaron basificar a amigos y familiares.

Pese a que el acto en sí mismo es reprobable e incluso contrario a la ley, el asunto tomó otros tintes cuando un par de los llamados “representantes populares”, aprovechándose de su fuero, citaron a algunos directores de medios de comunicación para exigir, a través del chantaje, revelar los nombres de sus fuentes de información. A pesar de que los mismos integrantes del sector periodístico tlaxcalteca fijaron su postura respecto del grotesco acto de autoritarismo, los legisladores involucrados negaron lo ocurrido.

Lo anterior obligó a que el día de ayer nuestro compañero Edgardo Cabrera diera a conocer el audio donde de manera clara y expresa se pone de manifiesto el intento de censura por parte de un par de legisladores a cambio de mantener los convenios informativos con distintas agencias periodísticas, lo que constituye una violación fragrante al derecho a la información.

Lo realizado por dichos servidores públicos no solamente es algo que debe condenarse, sino además requiere la atención de la sociedad tlaxcalteca y hace necesario que se ponga énfasis en garantizar la labor informativa en la Entidad. Lo ocurrido con los legisladores amedrentadores no es más que una muestra clara de que aquellos que tienen la labor de velar por el cumplimiento de la ley son los primeros que buscan violarla. ¿En qué estaban pensando aquellos que por el sólo hecho de ser legisladores podían garantizar trabajo a amigos y familiares de por vida vía el sindicalismo burocrático? Los legisladores que citaron a los representantes periodísticos, ¿sabrán acaso que sus exigencias eran a todas luces violatorias de la Constitución? ¿Por qué poner en duda la veracidad de los distintos periodistas que repudiaron lo acontecido en sus respectivos espacios informativos?

Hoy la Sexagésima primera legislatura se ha convertido en la caja de resonancia de la impunidad, abuso de autoridad, pero sobre todo, evidencia a una clase política cuyo único interés es satisfacer sus necesidades y ambiciones personales. Esperemos que por el bien del Estado de Derecho, pronto los legisladores ofrezcan disculpas públicas y garanticen la labor periodística que en nuestro país es altamente riesgosa. Al tiempo.

Desde la barrera

El debate en torno a la legalización del aborto en la Entidad es un tema que debe ser analizado por los distintos sectores de la sociedad civil. El llamado por parte de las autoridades eclesiásticas a defender el derecho a la vida no debe verse sino como el intento de la iglesia católica para informar su postura. Sin embargo, no debe considerarse como un punto de vista general ni mucho menos impositivo. En una sociedad plural debe haber tolerancia a todos los puntos de vista y la disyuntiva debe ser resuelta por los responsables de legislar al respecto, quienes por cierto, no han manifestado postura alguna.

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