El respeto a los derechos humanos
15 de abril - 2015

opticadh

Salomón Amador González*

La dinámica en que está envuelta nuestra sociedad, tanto en lo local como en el plano nacional e internacional, con dificultad nos permite detenernos para reflexionar hacia dónde se dirige.

Hoy, la globalización nos permite conocer lo que acontece en cada comunidad captando, casi de manera inmediata, sus avances y retrocesos en todos los aspectos, pero ahora no sólo lo conocemos sino que también formamos parte de sus consecuencias.

Con este preámbulo se debe destacar que, en materia de derechos humanos, los tlaxcaltecas hemos sido testigos de los avances que se han tenido en otros países, los cuales, atendiendo al principio de progresividad, van ampliando y protegiendo de manera más eficiente tales derechos.

Sin embargo, hemos sido testigos también de ciertos retrocesos tanto en el plano nacional e internacional; hemos conocido de vulneraciones a los derechos humanos que en el caso concreto de nuestro país han generado un ambiente de inestabilidad que mucho daño le hace a la nación.

Ello, desde luego trastoca a nuestra comunidad, por lo que debe quedar claro que no podemos aislarnos ante los acontecimientos que suceden en otras sociedades. Con esto quiero decir que desde luego en Tlaxcala no estamos apartados de la evolución de los derechos humanos y que, en la actualidad, hablar de la materia está en la agenda de todos y de ello se habla a diario.

También se han visto avances en las leyes que tienden a reconocer y ampliar los derechos fundamentales, así como a protegerlos o garantizarlos. En el caso de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, el papel que juega en la protección, observancia, promoción, estudio y divulgación es de vital importancia porque no se puede negar que existen casos concretos en los que servidores públicos incurren en violaciones a derechos humanos.

Por ello, se debe reflexionar invitando a todas las personas para que conozcan sus derechos fundamentales y cómo hacerlos valer frente a alguna violación, pero también invitar a todos quienes ocupan un cargo público a que asuman su responsabilidad para que también se interesen en conocer, a través de la capacitación,  los derechos humanos, de modo tal que en el desempeño de su función no estén en riesgo de violarlos y, por último, invitar a los órganos de gobierno competentes en legislar, a que generen y apliquen las políticas públicas en la materia para hacer efectivos los derechos elementales en nuestra sociedad.

Todas las personas tenemos el derecho a vida, a la libertad, a la igualdad, a la educación, a la salud, a la seguridad jurídica, a la legalidad, a la integridad personal, a gozar de un medio ambiente digno y a un sin número de prerrogativas que nos permitan ser felices. A mi juicio, ése es el fin último que se persigue con el respeto y protección de los derechos humanos.

Cuando una persona goza de todos sus derechos, tiene las condiciones de alcanzar la plenitud en todos los aspectos y ello representa también la certeza del éxito de una sociedad.

Finalmente, quiero puntualizar que cada persona es valiosa por el simple hecho de serlo, ello significa ser digno y nadie tiene la potestad de lastimar esa dignidad.

 

* Segundo Visitador General de la Comisión Estatal de Derechos Humanos