¡Cuidado!
26 de enero - 2015

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Por Fernando Tamayo

Lo ocurrido la semana pasada con la detención de elementos de la Policía Estatal Acreditable, así como la consignación de siete de ellos incluyendo al Director de la misma, Jorge López Pérez, no es un asunto menor y requerirá de la atención tanto del Gobernador, como de los responsables del modelo Policial Acreditable y sus filtros de confianza.

De acuerdo al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública “El Subsidio para la Policía Acreditable (SPA) es un recurso destinado a las entidades federativas para el fortalecimiento de sus instituciones de seguridad pública en materia de mando policial”.

Asimismo en la página web del propio Secretariado se señala que la Policía Acreditable es una policía más confiable, con alto sentido ético, más profesional y con vocación de servicio, cuyo programa pretende “…fortalecer a las instituciones policiales de las entidades federativas en materia de mando policial, sentando los cimientos de una nueva policía estatal que se distinga por su confiabilidad y eficacia, en el marco de un Nuevo Modelo Policial“.

Derivado de lo anterior, y tras los acontecimientos vividos en tierras tlaxcaltecas, las preguntas son muchas, ¿Quiénes son los responsables mediatos e inmediatos de que personas como los consignados logren permanecer en un grupo elite de policías? ¿Quiénes son los responsables de validar el sentido ético, profesional y el compromiso de servicio de los hoy detenidos? ¿Será necesario valorar de nueva cuenta a todos y cada uno de los elementos que integran la Policía Acreditable?, ¿Con lo ocurrido en Tlaxcala se genera duda razonable sobre la eficacia del modelo policial acreditable?

Lo señalado obliga, tanto a las autoridades locales, federales e incluso municipales, a redoblar esfuerzos en torno a la seguridad y prevención del delito. Recordemos que la principal función del Estado es precisamente el velar por la integridad tanto física como material de su población, por lo que la detención y desintegración de esta banda policial-delictiva de secuestradores exprés debe ser atendida por todos aquellos que tienen la enorme responsabilidad de mantener la tranquilidad social en la Entidad.

Lo evidenciado hace necesario que se tomen medidas severas en contra de los responsables y que se cumpla lo expresado por la Procuradora del Estado “caiga quien caiga”. No olvidemos que la Seguridad Pública es una cuestión de percepción y tras lo ocurrido, los tlaxcaltecas no encuentran confianza en sus elementos policiacos, lo que en un sistema político, resulta peligroso. Al tiempo.

Desde la barrera

Mientras los Partidos de oposición se encuentran inmersos en las pugnas internas propias de sus filias y fobias, el Partido Revolucionario Institucional designó el pasado fin de semana a su nuevo Dirigente Estatal con la aprobación de sus estructuras. En un proceso electoral tan dividido y escaso de participación, el voto duro se convierte en la mayor fortaleza de cualquier Instituto Político.

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