Charlie Hebdo
19 de enero - 2015

ranulforojascolumna23

Pbro. Ranulfo Rojas Bretón

El miércoles 7 de enero el mundo se consternó con el ataque terrorista a un semanario satírico francés llamado “Charlie Hebdo” que ha dejado 12 muertos y la molestia por lo sucedido. Se ha llamado ataque a la libertad de expresión, aunque la rama Yemení de Al Qaeda que se ha reivindicado el atentado la llama un acto de justicia por los ataques de la revista al profeta Mahoma.

Las reacciones han sido diversas, desde la solidaridad al semanario; manifestaciones de apoyo con el logo Je suis Charlie Hebdo (Yo soy Charlie Hebdo); los brotes de anti musulmanismo; también las manifestaciones de defensa e indignación en países tanto africanos como asiáticos, cuyas manifestaciones tienen el logo Je suis Mahoma (todos somos Mahoma).

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El hecho tiene varias aristas y consecuentemente varias lecturas: por una parte la libertad de expresión. La libertad de expresión se ha convertido en uno de los derechos humanos más sensibles y su defensa una de las tareas que más se han impulsado. Todos tenemos el derecho de expresar lo que pensamos sin que nadie nos lo impida y hacerlo por los medios que nos parezca mejor, sea la televisión, la radio, el cine, los libros, el internet, las redes sociales, etc., así que cualquier persona, grupo, organismo, gobierno, grupos religiosos, etc., que quieran limitar, prohibir, condicionar este derecho estarían atentando contra los derechos humanos. Así que lo realizado por los hermanos Saïd y Chérif Kouachi, franceses musulmanes sería un ataque a la libertad de expresión que el semanario Satírico francés tiene y aún y cuando su contenido es agresivo contra los musulmanes, el derecho y las leyes francesas le asiste en sus publicaciones. De hecho el semanario no solo ataca lo musulmán, ataca a todos, pero al hacer caricaturas de Mahoma a propósito de la posibilidad según Michel Houellebecq, autor de una nueva novela que imagina la islamización de Francia y luego de la Unión Europea y con ello poner en riesgo sus libertades indignó a grupos radicales musulmanes que ordenaron el atentado tal y como se tratara de una guerra santa, la famosa “Jihad” para la cual están reclutando ciudadanos europeos de religión musulmana.

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Si bien la libertad de expresión es un derecho fundamental, mucho se ha insistido sobre la ética en la expresión. También yo creo que cada periódico o medio sea cual sea, debería tener una política de publicación basada en una ética de respeto y especialmente ser cuidadoso de no ofender valores que también son fundamentales tal como lo es la religión. Me agrada la postura del periódico New York Times que evita publicar caricaturas que atenten o agredan o puedan ofender la sensibilidad religiosa, sea la religión que sea. Y si bien el semanario Charlie Hebdo vive de vender esas propuestas, que por cierto, ya varios gobernantes le han pedido en el pasado reciente una autolimitación, si creo que debiera valorar el publicar o no una caricatura de ese tipo y no porque se le quiera censurar, sino por razones de ética que respetan la religión de las personas independientemente la religión que profese siempre y cuando dicha religión respete y no dañe a nadie.

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Estoy convencido de que no hay ninguna razón para que una caricatura provoque tanto escozor que lleve a la muerte de personas, pero las publicaciones también debieran dar muestras de respeto y tolerancia de las religiones que el hombre sigue.

Por otra parte, el fundamentalismo religioso tampoco debe ser tal que lleve a matar. Nadie debiera tomar a Dios o a la religión como razón para matar. No hay ofensa que valga una vida humana y si bien el amor a mi religión debe ser tal que debo estar preparado para profesar y defender mi fe, no hay ninguna razón para que al ser ofendido por lo que creo la forma en que lo creo me justifique el matar. Debo entender que la defensa se hace con el modo de vivir y Dios no podrá disfrutar que se mate en su nombre.

Debe haber por tanto, una comprensión mutua. Por una parte no por vender voy a utilizar caricaturas que denigren una religión o causen molestia a una religión, sea la religión que sea. En esto no estoy de acuerdo con Charlie Hebdo ni con cualquier publicación de ese tipo que sin ética se pongan a publicar lo que quieran sin medir los efectos o el daño que causan a la sensibilidad de la persona porque dicha publicación se toma como una provocación. Por otra parte, la religión que profesemos nos debe enseñar a respetar e incluso a perdonar a quien busca dañarnos. No podemos caer en radicalismos, fundamentalismos, ni fanatismos porque siempre se estará en el límite y se corre el riesgo de agredir y ofender. Nunca existirá una razón que justifique el matar a quien publique una caricatura o un artículo que yo considere ofensivo a mi fe.

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Así que libertad de expresión y también libertad religiosa no son derechos que se contrapongan o se enfrenten y menos pensar que el ejercicio de alguno de ellos me permite pasar por la falta de respeto al otro derecho. El ejercicio de mi libertad de expresión para decir lo que pienso o escribirlo, no debiera permitirme el derecho de ofender a ninguna religión y el ejercicio de mi libertad religiosa, el derecho de creer y vivir mi fe no puede darme ninguna razón para que buscando defender mi religión pueda quitar la vida a mis semejantes que escriben o ilustran algo que considero atentado contra mi fe. Lamentable es ofender aprovechando la libertad de expresión y lamentable también es agredir defendiendo mi libertad de religión. El respeto y la tolerancia deben darse de uno y otro lado.

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