Blanca Navidad
24 de diciembre - 2014

ranulfo_rojas

Pbro. Ranulfo Rojas Bretón

Si bien el título corresponde a un hermoso y clásico villancico que nos invita a ver la navidad como un mensaje de paz y amor, todos sabemos que vivimos una navidad más bien roja de tanta sangre que se ha vertido sobre nuestra patria a lo largo del año en Guerrero, Michoacán, Tamaulipas, El Estado de México, por citar los más significativos, pero también podría ser una negra navidad por todos los lugares que la violencia ha llenado de luto, los hogares de los normalistas desaparecidos cuyas familias viven una negra y triste navidad y junto con ellos decenas de familias que sufren la desaparición de sus hijos y de sus hijas a manos de traficantes de órganos o de tratantes de personas para la prostitución y la pornografía.

Esta es la navidad que muchos hogares vivirán. Habrá hogares que si bien no sufran la violencia de manera directa, si sufran sus efectos con el cierre de carreteras, de calles o con el riesgo de ser “la persona equivocada en el lugar equivocado”.

La navidad puede ser gris en los hogares donde se sufre la pobreza, la enfermedad o la pérdida de alguno de sus seres queridos.

Entonces ¿Quién podrá celebrar una blanca navidad? Según yo, podrá celebrarla quien a pesar de lo que sufra no albergue en su corazón sentimientos malos ni resentimientos. Las miles de personas que han aprendido a perdonar a los violentos y se están convirtiendo en promotores de paz en sus comunidades. Podrán celebrar una blanca navidad quienes se esfuerzan en vivir bien, en ser gente de bien para los demás especialmente para los que sufren. Quienes den de comer al hambriento, de beber al sediento, quienes se preocupen e interesen por el enfermo, el preso, el migrante.

Podrán vivir una blanca navidad los pobres de espíritu, los que no han perdido la esperanza, quienes siguen luchando contra la injusticia, quienes de corazón buscar hacer el bien.

Podrán vivir una blanca navidad, las familias que aún en medio de sufrimientos abran sus brazos para fundirse en un abrazo lleno de amor y esperanza.

Podrán vivir una blanca navidad quienes se abran a la sonrisa de los niños y encuentren en los rostros sonrientes de los niños la mirada de Dios que nunca abandona.

Podrán vivir una blanca navidad las comunidades católicas que en esta noche se reúnan a orar por la paz del mundo, para que cesen las guerras y la discriminación para que se respeten los derechos humanos, para que construyamos un mundo más humano y más hermano.

Todos podemos celebrar una blanca navidad si desterramos el odio de nuestros corazones y lo llenamos de amor, de perdón, de fraternidad. Si elevamos la mirada y recordamos que hoy como hace dos mil años un pueblo que hoy como hace dos mil años caminaba en tinieblas vio una gran luz, sobre sus cabezas una gran luz resplandeció. Hoy vuelve a nacer el Hijo de Dios, hoy renace la esperanza, hoy está “Dios con nosotros”. ¡Feliz Navidad!