Maltrato entre iguales
3 de diciembre - 2014

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Abel López José*

Sin duda, en la actualidad, un problema alarmante en el sector educativo es la violencia entre los estudiantes, que perjudica notablemente el proceso de enseñanza-aprendizaje y la convivencia escolar. Estos últimos, elementos imprescindibles para el buen desarrollo de las y los niños.

En 1982, el psicólogo noruego Dan Olweus inició una investigación en torno a tres casos de jóvenes que se suicidaron a consecuencia de eventos relacionados con el maltrato que padecían por parte de sus compañeros de escuela.

A partir de esta fecha, diversas instituciones públicas y privadas de diferentes países del mundo han investigado el fenómeno denominado bullying, que es una forma de violencia entre iguales.

En las escuelas, los alumnos se enfrentan a diferentes situaciones de violencia o agresiones, eventos que comúnmente se clasifican como bullying. Resulta importante, entonces, aclarar que el bullying no es un sinónimo de violencia escolar sino más bien una forma específica de ésta.

Bullying es un concepto que se refiere a una conducta de persecución física, verbal, psicológica y/o social que realiza un alumno o un grupo de alumnos en agravio de otro.  Debido a los diversos aspectos que a lo largo del tiempo se han ido añadiendo a este término, no existe una definición única; sin embargo, se pueden plantear características clave que lo precisan:

–          Se produce entre iguales, es decir, entre alumnos. No importa la diferencia de edad, sexo o grado escolar.

–          Es intencional porque el agresor actúa con el claro propósito de ocasionar daño, dolor y sufrimiento a la víctima.

–          Es continuo porque el agresor intimida y maltrata a la víctima en forma sistemática y sostenida durante un periodo de tiempo.

–          Existe desequilibrio de poder, es decir, los alumnos que lo sufren presentan alguna desventaja frente a quien los agrede. Estas desventajas pueden ser, entre otras, edad, fuerza física, habilidades sociales, discapacidad o condición socioeconómica.

Sobra decir que cualquier acto violencia, en el contexto educativo, nunca puede ser permisible ni debe ser permitido. Para que tal planteamiento sea totalmente pleno, es necesario que este problema sea tratado y asumido en forma conjunta por las autoridades, los docentes, los padres y los alumnos.

En este sentido, es preciso que todos los actores involucrados cuenten con los conocimientos básicos sobre la problemática, ya que la prevención efectiva del bullying dependerá, en gran medida, de la información con que contemos.

*Capacitador del Centro de Investigación y Capacitación en Derechos Humanos de la Comisión Estatal de Derechos Humanos