La Marcha sin Marcha
21 de noviembre - 2014

Por Jorge Alfredo Montes de Oca

Miembros de MORENA, incluyendo dirigentes, integrantes de pseudo asociaciones civiles, patiños  y plañideros profesionales quisieron utilizar para su causa la marcha de los padres de los normalistas desaparecidos por Tlaxcala.

Para nadie es un secreto que la mano de López Obrador y las sobras de su gabinete “legítimo” mueven la cuna de este movimiento que ha sido envilecido por la injerencia de actores oportunistas que nada tienen que ver con el dolor e indignación de quienes perdieron un hijo.

La convocatoria lanzada por las normalistas de Panotla despertó el morbo en la clase política porque la psicosis es contagiosa pero en Tlaxcala no hubo eco a su movimiento, hubo indiferencia. Muchos comerciantes cerraron sus negocios en claro repudio a todo lo que huela a desorden, pintas, desmanes…y normalistas.

Por si fuera poco, para la mala fortuna de la gira de los padres de los normalistas de Ayotzinapa, la falta de profesionalismo de un narrador de noticias de Radio Universidad provocó que la caravana se fuera de Tlaxcala con un desagradable sabor de boca porque el torpe comunicador preguntó al padre de César Manuel González Hernández, normalista originario de Huamantla ¿Su hijo estaba coludido con el narcotráfico?  Increíble.

SIN RUMBO

La Senadora Lorena Cuéllar Cisneros debe redireccionar sus esfuerzos por destacar en el algo, en lo que sea, como sea.

Su alocada carrera provoca risas y bromas en el Senado porque lo mismo sube a proponer un punto de acuerdo para que se reconozcan a las personas de “talla baja” que hace un estudio sobre el agua o pide un punto de acuerdo para “vigilar recursos”. Los disparates y sin sentidos se han vuelto sello de la casa. Es una pena porque Lorena pintaba para más pero la constante exhibición de ignorancia es patética.

MORRALLA

Testigos presenciales afirman  -con pruebas- que la embajadora de México en Brasil, Beatriz Paredes Rangel estuvo hace poco en México e hizo el coraje de su vida cuando se enteró que bajo su nombre se convocaba a las reuniones del club de “Los mariscales de las mil y un derrotas”, es decir el grupo que encabeza César Carvajal, Noé Rodríguez Roldán, Fermín Sánchez Varela y otros cadáveres políticos a quienes ya les había prohibido que siguieran usando su nombre para una causa evidentemente perdida