Tlaxcala| Manuel Morales.- El presidente municipal de Panotla, Saúl Cano Hernández durante la presentación de las actividades culturales conmemorativas al Centenario del Cuartelazo, hecho en el que fue derrotado el general zapatista Domingo Arenas, admitió que “de hecho no tengo pleno conocimiento de los hechos que realmente en su momento se estaban dando”.

A pesar de que fueron presentadas las actividades que conmemorarán los 100 años de la entonces batalla del 19 de noviembre de 1914 entre las fuerzas federales carrancistas contra zapatistas, en Tlaxcala comandadas por el general Domingo Arenas, el edil de extracción socialista dijo que pese al desconocimiento histórico, apoya las ideas de que el pueblo se debe  expresar.

A pregunta expresa respecto de que si él compartía la ideología del general Domingo Arenas en su lucha contra las dictaduras, y en ese entonces la de Porfirio Díaz, dijo que “son manifestaciones de la sociedad, antes de que haya una revolución hay todo un acontecimiento, hay todo un evento social que finalmente se viene a aterrizar en una manifestación con la toma de las armas”.

Al insistirle si compartía la ideología del entonces líder zapatista en Tlaxcala, Domingo Arenas, respondió que “de hecho no tengo pleno conocimiento de los hechos que realmente en su momento se estaban dando, yo comparto las ideas de que el pueblo se debe expresar, yo comparto las ideas de que debe haber una libre expresión”.

No obstante a ello, dijo que “me hubiese gustado sostener una plática con Domingo Arenas para saber de viva voz lo que nosotros sabemos y lo que ellos condujeron “.

Domingo Arenas fue derrotado el 19 de noviembre de 1914 por tropas carrancista ya que descubrieron que el cuartel de los zapatistas se encontraba escondido en lo que ahora es el municipio de Panotla, por lo que el ataque fue de forma sorpresiva; Arenas buscó en Puebla más parque para el combate, en tanto los que se encontraban en la lucha terminaron por ser detenidos y fusilados.

En el atrio de la iglesia de San Nicolás de Bari, se escavaron fosas comunes y ahí fueron enterrados los restos de los zapatistas derrotados, incluso, al pie del monumento a Hidalgo aún se pueden observar los impactos de las balas de fusilamiento.