Violemos la ley. Destrocemos las instituciones
3 de noviembre - 2014

fernando_tamayo

Por Fernando Tamayo

Lo ocurrido el jueves pasado en el llamado recinto de la democracia tlaxcalteca será recordado como el acto más negro en la historia política moderna de nuestra Entidad. Pretender pasar por alto las normas estatales, particularmente la Constitución del Estado, es un hecho que no solamente debe ser cuestionado, sino que además, debe ser considerado como una falta grave al orden jurídico local.

La semana anterior, en este mismo espacio, me refería a los problemas del Sistema Político Mexicano, concretamente, a los elementos responsables del destrozo de las instituciones públicas; la corrupción y la impunidad, y como éstas han permeado en las entrañas del poder político. Así el cinismo con el cual «nuestros representantes populares» pretendieron postergar una de sus funciones fundamentales que es la de dictaminar y validar los estados financieros de los entes fiscalizables hasta el 18 de noviembre, es algo funesto para el sistema de pesos y contrapesos del Estado de Tlaxcala.

En principio de cuentas, y a pesar de que la normatividad que rige el actuar del Congreso del Estado señala de manera precisa que las Sesiones Ordinarias del mismo deberán iniciar a las 10 de la mañana, los legisladores locales decidieron comenzar los trabajos siete horas después con dos propuestas de orden del día generando desde el primer momento suspicacias y un trabajo cuestionado y desaseado.

Posteriormente, y en un intento más por transgredir la Constitución local, el bloque tricolor pretendió impulsar un acuerdo con el objetivo de prolongar la dictaminación de las Cuentas Públicas más allá del plazo señalado por nuestra Carta Magna. Lo anterior, de haberse concretado, constituiría un elemento suficiente como para ser sujetos a juicio político. Afortunadamente y gracias a la mayoría, esa violación constitucional, no logró concretarse.

Finalmente, y después de realizarse diversos señalamientos a los estados financieros de varios entes fiscalizables, el Presidente de la Mesa Directiva determinó suspender la sesión al filo de la media noche -situación que de manera evidente violenta lo establecido en el artículo 54 fracción XVII inciso b de la Constitución Política del Estado- y, no solamente pone en entre dicho la labor legislativa sino además, deja endeble el proceso de fiscalización que, de acuerdo al artículo citado, debería haber concluido esa fatídica noche del 30 de octubre.

Hoy, el resultado de las Cuentas Públicas pendientes de dictaminar es irrelevante, aprueben o no aprueben los Estados Financieros que quedaron en el tintero, los actos del Poder Legislativo en materia de Fiscalización y Rendición de Cuentas carecerán de la legitimidad necesaria para convencer a la sociedad tlaxcalteca de que su actuación se condujo con los criterios de objetividad e imparcialidad que permitan contar con la certeza material y jurídica de que sus decisiones fueron las adecuadas.

Así, el 30 de octubre de 2014 será considerado el día en el cual los responsables de cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen tomaron la decisión de destrozar el Estado de Derecho y con ello poner en riesgo las instituciones que tanto dicen representar. Esperemos por el bien de nuestra Entidad que hoy más que nunca las autoridades entiendan que sólo a través del cumplimiento del marco normativo es como se puede construir una sociedad más sólida y mejor organizada que permita el desarrollo para todos. Al tiempo.

Desde la barrera

Y en eso de la importancia por cumplir con su responsabilidad, los diputados decidieron dejar para otro momento la Dictaminación de Estados Financieros y tomarse los días de muertos como días de asueto. El transgredir la ley y cumplir con su responsabilidad no les quita el sueño.

www.miradasdetalante.blogspot.com

fernandotmy@gmail.com

twitter.com/fernandotmy