Por Fernando Tamayo

Lo ocurrido en fechas recientes en algunas Entidades del país podría parecer lejano a las realidades por las que atraviesa nuestro Estado. Sin embargo, la fractura institucional que se vive en gran parte del territorio nacional obliga a reflexionar en torno a las causas que han provocado que la impunidad y la corrupción sean los pilares sobre los cuales está construido nuestro Sistema Político, y los resultados que podrán provocarse de seguir construyendo un país sustentando en la evasión de la ley y la falta de respeto al Estado de Derecho.

La descomposición de las instituciones en México, particularmente en Guerrero y Michoacán, es  reflejo de la desintegración del tejido social que ha venido incrementándose desde el involucramiento del crimen organizado en las estructuras de autoridad legalmente constituidas; aprovechándose de  la hipocresía  e incompetencia de una clase política subsumida en la ambición.

La desaparición de 43 jóvenes en Ayotzinapa es sin duda la mayor  tragedia de la historia moderna en el país dado la forma en que ésta ocurrió, y constituye sólo la punta del iceberg que trae consigo la ilegalidad, la cual parece haberse incrustado hasta las entrañas del Sistema Político Nacional. Los hechos sucedidos en Guerrero, de ser corroborados bajo las circunstancias que ha hecho públicas el sacerdote Solalinde, son motivo suficiente para la dimisión de varias autoridades, no solamente la del ahora ex gobernador guerrerense. ¿Quiénes son los responsables directos e indirectos de que personajes cercanos a las esferas del narcotráfico lograran convertirse en autoridades? ¿Qué garantías existen de que los factores reales de poder, particularmente los delictivos, sean los que verdaderamente tomen el control del Estado mexicano?

Es lamentable que un país como México, que ante los ojos del mundo se precia de respetuoso de los derechos humanos, simple y sencillamente ha demostrado su incompetencia y ha dado cuenta, una vez más, de la retórica con un discurso lleno de buenos propósitos para sólo ocultar una realidad; el narcotráfico y la delincuencia organizada ha tomado por asalto a las instituciones. Hoy los encargados de brindar seguridad a la sociedad actúan arbitrariamente, sin reglas, en completo abuso de autoridad, dilapidando derechos humanos,  desapareciendo ciudadanos, sin que nadie sea capaz de castigarles.

Hoy es urgente que las autoridades encargadas de administrar y procurar justicia respondan debidamente, encuentren a los responsables y los sancionen por tan lamentables actos, de lo contrario la estabilidad y gobernabilidad en nuestro país quedará en riesgo.

Desde la barrera

En aquello de los temas de seguridad a inicios de este mes se dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción Sobre Seguridad Pública elaborada por el INEGI de los cuales el Instituto Mexicano de la Competitividad, en colaboración con el portal Animal Político, realizó un análisis a los mismos. Los datos revelan que en Tlaxcala de 2012 a 2013 el aumento en los delitos fue de un 43.9%. Aquí pueden observarse los datos arrogados por dicho estudio http://imco.org.mx/seguridad/como-se-comporta-el-delito-en-tu-estado-via-animal-politico/

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