Por Gerardo Orta

Hace unas semanas el país entero se informó sobre la prohibición que el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) hizo a sus militantes. No acudir a festejos taurinos o peleas de gallos, de lo contrario, serían expulsados de las filas partidistas.

La medida causó eco en algunos ecologistas identificados con esas siglas. En Tlaxcala, la advertencia fue bien vista por la dirigencia local, ésta se replicará una vez que el llamado se haga formal en las entidades del país.

Si bien es cierto que los pevemistas han difundido un discurso antitaurino desde hace varios años, la medida podría atentar contra las garantías individuales de la personas, no importando su filiación partidista.

No dudo que, por estatutos y conciencia propia, los miembros del Partido Verde se encuentren impedidos de acudir a las corridas de toros, peleas de gallos o cualquier espectáculo en donde se exhiban animales. ¿Pero tanto como para amenazarlos con expulsarlos de su partido? Me parece violatorio, incluso, de sus derechos político-partidistas.

El avance de los argumentos poco sustentados de los políticos antitaurinos ha surtido algunos efectos negativos para la fiesta de toros en México. Cada vez son más los movimientos, justificados o no, que atentan contra la fiesta.

Aclaro que en ellos no incluyó a los propios taurinos que le hacen más daño al toro. Eso es cosa aparte.

El problema está en que, esos mismos políticos no saben defender su causa. Ya en varias ocasiones se han visto debates entre taurinos, y personas que no lo son.

La tendencia ha sido clara, a favor, obviamente, del aficionado y defensor de la fiesta.

Evidentemente los argumentos que presenta la parcialidad antitaurina son pobres y carentes de veracidad.

Incluso, el tema se ha prestado a cuestiones políticas, dejando de lado el verdadero fin que ellos aseguran lograr, la supuesta protección animal.

Algunos, los menos informados y que en su vida han pisado una plaza de toros o el campo bravo, compran esas argucias a precio barato.

En una entrevista reciente que, el que escribe, realizó a Jaime Piñón Valdivia, secretario general del Partido Verde, advirtió que su partido sí va por la desaparición, aunque progresiva, de las corridas de toros.

El político hizo una declaración que me pareció inteligente: “somos conscientes del impacto económico que tienen las corridas de toros”.

Si ese único argumento se tomara en cuenta para evaluar la desaparición de corridas de toros, creo que habría motivo de sobra para no concretar esa medida.

Cosa aparte, son los votos que intentan conseguir los partidos políticos con esas propuestas. Claro, se han dado cuenta que hay grupos de ambientalistas que exigen la abolición de los festejos taurinos, ¡ahí hay votos! Qué importa lo que piense la gente.

Corrida de Apertura

El próximo sábado 25 de octubre se celebra la primera corrida de feria. A las 4:30 de la tarde, partirán plaza los matadores Eulalio López “Zotoluco”, José Luis Angelino y José Mauricio.

Los toros serán de García Méndez.

Como ya lo he escrito en pasadas entregas, deseo por el bien del espectáculo, que haya suerte para todos, que ayuden los toros, que embistan y que cumplan, al menos, con la edad. El trapío no está en las carnes.