Las comparecencias:  ¡hechos no palabras!
16 de septiembre - 2014

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Senadora Adriana Dávila Fernández

En la semana que concluyó y con motivo de la glosa del segundo informe de gobierno del Presidente Enrique Peña, la Cámara de Senadores recibió a los Secretarios de Gobernación, Lic. Miguel Ángel Osorio Chong y de Hacienda y Crédito Público, Dr. Luis Videgaray Caso, para conocer lo relativo a las políticas internas y económicas del país.

A la luz de lo que reportó el titular del Ejecutivo Federal, es oportuno reconocer que los resultados han sido nulos en las áreas que más preocupan a los mexicanos: seguridad pública, economía familiar y combate a la corrupción.

Los Senadores de Acción Nacional nos dimos a la tarea de hacer una revisión entre lo que se ofreció hace ya varios meses y la realidad actual.  Para entendernos todos, contrastar las promesas contra los hechos.

Primero señalo que la única reforma que no apoyó el Partido Acción Nacional fue la fiscal. A la vuelta de un año, ¿cuáles son los resultados?  Ajustes a los pronósticos económicos que han ido progresivamente a la baja, por cierto, los que saben del tema llevan a la fecha ocho, y siguen contando; producto del raquítico crecimiento ligado a la productividad y al producto interno bruto, lo anterior, provoca preocupación en las familias mexicanas porque el gasto no alcanza para atender las necesidades básicas. Lo anterior desafortunadamente confirma lo que he venido comentando; los resultados no pueden ser mediáticos ni a golpe de repeticiones, porque es evidente que no hay beneficios económicos en los bolsillos de los mexicanos.

El Gobierno Federal se comprometió a dar un impulso decidido al crecimiento económico para alcanzar por lo menos un 5%.  Las expectativas disminuyeron porque, derivado de los incrementos al impuesto sobre la renta (uno de los niveles más altos del mundo), se provocó un desplome en la inversión y, por lo mismo, no hay generación de empleos, entre otros monstruos por los que enfrenta nuestra economía.

Con los resultados de la reforma fiscal, a nivel mundial México ha caído 23 lugares en la competitividad fiscal; ocupamos el lugar 110 entre 144 naciones.  Es lógico, ante la falta de inversiones.

Quizás la promesa más delicada, es la relativa al equilibrio presupuestal y el déficit cero en las finanzas públicas, porque se compromete el futuro de los mexicanos.  Hoy, cada familia mexicana tiene una deuda de 262 mil pesos.  Lo cierto es que el crecimiento de la deuda del país es significativo y, por lo mismo, preocupante, porque se pone en riesgo la estabilidad financiera.

La promesa fue crecimiento económico. Los hechos señalan insuficiencia en la productividad y una posible crisis en la administración pública, lo cual sólo debilita el anhelo de prosperidad.

La falta de crecimiento y de empleos disminuyen las oportunidades y aumentan el riesgo de actividades ilícitas que no contribuyen al desarrollo social y sí deterioran el tejido social: Prueba de ello son las cifras de alrededor de 29 mil muertes dolosas en México que, por desgracia, sólo reflejan un largo camino para la reconciliación de los mexicanos.  Los polígonos de la seguridad pública, en distintas comunidades y colonias de alta peligrosidad, no han dado los resultados esperados en la lucha contra la violencia.

La promesa fue lograr un México en paz en el lapso de 2 años de gobierno. Lo cierto es que los  mexicanos se sienten inseguros; no hay reducciones significativas que garanticen la libre y sana convivencia.

En lo que respecta al contexto internacional, nos hemos convertido en referente negativo, pues se exhorta a no trabajar, a no vacacionar y a no invertir en México por el peligro que ello representa para los extranjeros.  Mucho de esta percepción es la tolerancia a la corrupción y la vigencia indeseable de la impunidad, sin que la autoridad dé muestras claras de combate.  Por el contrario, ahora este terrible mal tiene hasta una justificación cultural, como si esta manera de proceder ya fuera un distintivo nacional.

Lo mexicanos necesitan tener certeza de la aplicación de la ley, es decir, la ejecución de las normas sin distinciones. Por eso, son inexplicables los casos como la libertad de Caro Quintero, la exoneración del hermano incómodo y, recientemente, el otorgamiento del amparo definitivo para el otrora líder del sindicato minero.

En distintas instancias internacionales, México ha sido llamado a revisar su actuación en materia de derechos humanos.  Las libertades de los mexicanos no pueden estar sometidas o vigiladas a intereses particulares.  Baste decir que la libertad de expresión no puede ser un privilegio; no debe existir un regreso al autoritarismo que marcaba línea o definía contenidos en los medios de comunicación.  El Gobierno debe ser garante de la vida y seguridad de los periodistas, aunque resulten críticos incómodos.

Para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, es necesario el pleno establecimiento del estado de derecho, sin simulaciones.  Debemos atacar frontalmente la corrupción, con mecanismos de transparencia, rendición de cuentas y voluntad política, sin beneficios o privilegios para nadie.

En Acción Nacional hemos luchado y lucharemos por fortalecer las instituciones, para mejorar las condiciones de los mexicanos y para brindar más y mejores oportunidades a los jóvenes; ellos no merecen la sofocación e incertidumbre del fracaso.  Debemos trabajar –de manera constructiva- para lograr la igualdad de oportunidades.

Los ciudadanos confían en transformar sus vidas con calidad educativa, empleo y la posibilidad del libre desarrollo de la personalidad; quieren ser productivos para ellos mismos y para los demás, en beneficio del México de hoy y de las nuevas generaciones.  ¡Hechos, no palabras!.

POR CIERTO…

El Partido Acción Nacional celebra 75 años de vida. Mi pleno reconocimiento para ese puñado de mexicanos que entonces optaron por aportar a México, una Acción Nacional.  Un sincero reconocimiento para todos los que estamos comprometidos con la búsqueda del bien común, de una Patria ordenada y generosa, que nos permita una vida digna para todos.