Iluso
9 de septiembre - 2014

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El dirigente estatal del PRD cree que los 30 mil votos que recibió su partido son de simpatizantes amarillos; priístas, panistas y orticistas se entrometieron en el proceso interno. Y del análisis de los resultados de la elección interna se desprende que ninguna de las corrientes tiene asegurada una amplia mayoría, obligándolos a pactar

Por Edgardo Cabrera

Cegado por las cifras de la elección interna del domingo, Cristóbal Luna vio de regreso al PRD en la gubernatura.

De la mano de un nuevo gobierno perredista, no dudamos que tenga fe en retornar al Congreso local, como en aquella época cuando gracias a Alfonso Sánchez Anaya fue legislador, aunque protagonista de escándalos.

El espurio dirigente estatal del Sol Azteca cree que los 30 mil votos que recibió su partido son de simpatizantes amarillos; ahí está su error.

Priístas, panistas y orticistas se entrometieron en el proceso interno.

Vimos a los universitarios en el acarreo, la marea roja –incrustada en el gobierno estatal (Gisela, Narciso, Andalco y compañía)- se tiñó medio amarilla para movilizar a su gente; el ala azul (encabezados por Víctor Briones) pidió ayuda a sus amigos panistas, esos con los que trabaja.

De manera ingenua Cristóbal se pavonea asumiendo que esos que acudieron a las urnas votarán en las elecciones constitucionales, por el contrario, el domingo se confirmó que los sufragios del Sol Azteca son en su mayoría de fuerzas externas.

Quienes ganaron tienen compromisos fuera del PRD. Veremos como a partir de estos resultados fluyen los acuerdos en el Congreso, a la par de que se tejen alianzas rumbo al 2016 donde los izquierdosos seguirán en su misma condición de las 2 últimas elecciones: simples comparsas.

Tribus obligadas al pacto

Del análisis de los resultados de la elección interna se desprende que ninguna de las corrientes tiene asegurada una amplia mayoría.

Por cada 400 votos obtenidos, según las fórmulas perredistas, los grupos obtendrán un consejero estatal que se integrará a una asamblea de cerca de 100, de los cuales 75 provendrán de la jornada del domingo, mientras que los 25 restantes corresponden a espacios permanentes ocupados por ex presidentes de partido y legisladores.

Aunque la tribu Nueva Izquierda Mejores Cuentas se alzó con la mayoría de votos, poco más de 5 mil (dándoles acceso a algo así como 12 asientos en el Consejo) dicho número se tendrá que dividir entre tres grupos: el que encabeza el diputado Tomás Orea, el del ex legislador federal Alberto Amaro, y el del perredista Manuel Cambrón.

Gelacio Montiel y su ADN estaría en posibilidad de meter a 10 consejeros, al igual que Santiago Sesín y su IDN-Red Joven.

Por el número votos alcanzados, Cristóbal Luna y su aliado Víctor Job (rector de la UAT), alcanzaría 6 espacios; mientras que Ubaldo Lander y Antonio Mendoza, en conjunto, sumarían 7.

El ala azul, a la cabeza con Víctor Briones, tendría algo así como 5 consejeros, mientras que el resto de las tribus solamente colarían entre 3 y 2.

Llama la atención el caso de la senadora Lorena Cuéllar, quien en el mejor de los casos sumaría 1 espacio en el Consejo, ante la pobre votación que obtuvo su planilla.

La nueva lucha

Tras la jornada del domingo viene la disputa por el Comité estatal. Las tribus mayoritarias necesitarán forzosamente tejer alianzas para asegurar al menos 45 consejeros que les permita ganar la presidencia y la mayoría de las carteras.

De querer mantener sus votos y su fuerza, las planillas que ganaron las primeras seis posiciones deberán llegar a acuerdos y repartirse el pastel en un plazo de 20 días. De no alcanzar un pacto, la chiquillada será la más beneficiada al vender muy caros sus escasos votos.

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OPERACIÓN TAMAL

Ya no lo habían anticipado y lo cumplieron. En el PRD aplicaron la operación tamal, champurrado, torta y demás, para acarrear a sus militantes durante la elección interna de ayer domingo.

Por eso cuando en el INE y el propio Sol Azteca hablan de “un proceso y jornada ejemplar” nos quieren ver la cara de idiotas.

Además del acarreo, también vimos confusión en el mecanismo de votación, papelería electoral correspondiente a otros estados y que fue entregada en Tlaxcala, desinformación del INE hacía los representantes de las tribus, acusaciones de compra de votos, en fin, lo único ejemplar en este proceso fue el gasto que tuvo para los contribuyentes la disputa por el poder de los izquierdosos institucionalizados.

Para el partido que se precia de la “Revolución Democrática” y de ideología de izquierda las prácticas fueron las mismas que aplican en sus procesos internos otros institutos políticos, incluso ayer mismo el propio Andrés Manuel López Obrador calificó a su ex partido de fraudulento.

En el caso del Sol Azteca la intervención del recién estrenado Instituto Nacional Electoral (INE) no marcó ninguna diferencia. El organismo se convirtió en simple marioneta de las tribus perredistas.

Y aunque en Tlaxcala el vocal ejecutivo Marcos Rodríguez nos había anticipado que no serían “arbitro”, sino simples organizadores, el domingo también le dio el mal de la chimoltrufia al funcionario luego de querer asumir su papel de autoridad y pedir a las corrientes internas que “privilegiaran los acuerdos”, ¡no pues sí!

Lo único que queda claro es que en la disputa de las dirigencias locales y nacionales todos los partidos políticos nos anticipan su conducta para las elecciones constitucionales.

Tomás y Cambrón a la presidencia

Con base en los resultados preliminares de la elección de ayer, se impuso como ganador Tomás Orea Albarrán y Manuel Cambrón, seguidos de la tribu de Gelacio Montiel Fuentes y en tercer lugar Santiago Sesín Maldonado.

Por tanto las tres corrientes se repartirán la nueva dirigencia estatal desplazando a los eternos propietarios de la franquicia local, Alejandro Martínez, Víctor Briones, Cristóbal Luna y Luis Macías, aunque ello no implica que queden fuera de la toma de decisiones.

Sigue la reestructuración

De nuevo el fin de semana el gobernador Mariano González Zarur se hizo presente en un evento del PRI, ahora fue para tomarle protesta a la Red Joven de Tlaxcala, antes Frente Juvenil Revolucionario.

La presencia del mandatario estatal en actividades partidistas ratifica no sólo la reconciliación con el PRI (luego de que en 2010 su instituto político dudara en apoyarlo a la gubernatura) sino la intención de que los militantes tricolores hagan propios los logros del gobierno federal y estatal.

Evidencian que la estrategia del PRI nacional, alineada con la de los estados, es propiciar la identidad partidista y de gobierno de sus militantes.

Mientras en el PAN siguen con su operación cicatriz (tras sus procesos nacional y estatales), y en el PRD arreciarán sus conflictos por la renovación de sus dirigencias, en el tricolor están por concluir la reestructuración de sus sectores y organizaciones en busca de reducir las pugnas internas al arrancar en octubre el proceso electoral federal.

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