Por Jorge Alfredo Montes de Oca

El segundo lugar nacional en seguridad que ocupa Tlaxcala no es algo menor; es un gran logro de las autoridades del Gobierno Estatal, de las representaciones federales del sector seguridad, de la 23 Zona Militar y de la mayoría de los municipios.

Para el Gobernador Mariano González Zarur el logro es producto del trabajo conjunto, de coordinación y comunicación entre instituciones lo que se ha traducido en confianza ciudadana pues ahora le gente denuncia.

Sin embargo, cuatro municipios, Panistas por cierto, no se han sumado a la exitosa estrategia del Gobierno Federal y Estatal.

La miopía y torpeza de los alcaldes de Españita, Contla, Nanacamilpa y Apizaco, ponen en riesgo la tranquilidad de los ciudadanos y abren puertas a la delincuencia que perciben el desinterés de la autoridad; en especial Apizaco que registra los más altos índices de criminalidad.

Panistas como perros y gatos,

Sus “estrategias” de arrabal provocan las carcajadas de tricolores y amarillos que ahora conocen los lados flacos y debilidades de sus adversarios azules gracias a ellos mismos.

Tratando de guardar las apariencias rayan en lo ridículo, y el mejor ejemplo es la ex delegada de SEDESOL Leonor Romero que un día es la más leal a una causa, otro día a la contraria y otro día a otra más.

A los pseudo liderazgos azules no les quedó claro que por más que los militantes se comprometan con ellos, les juren amor eterno y firmen que votarán por su candidato; en la privacidad de la urna les voltean la elección.

Si no, que le pregunten al hijo predilecto del Calderonismo, Ernesto Cordero Arroyo y a su equipo en Tlaxcala, quienes siguen  pensando que con amenazas, gritos, y manotazos se ganan las elecciones.

MORRALLA

La buena racha de resultados del Secretario de Gobierno, Ernesto Ordóñez Carrera demuestra que el diálogo y la pericia dan mejores resultados que dejar hacer, dejar pasar o la ley del garrote.

En una área tan sensible del gobierno es importante lo que se ve pero más, mucho más lo que no se ve.