La lluvia fue factor
29 de junio - 2014

gerardo_toros

Por Gerardo Orta

Poco agradó el festival taurino de la prensa que se vio afectado por la lluvia que cayó al inicio del festejo y que obligó a los espadas cuidarse de la caída. Los novillos ofrecieron poco juego para el lucimiento de los toreros, no obstante la voluntad que mostró cada uno de ellos.

El primero del festejo fue el rejoneador Luis Pimentel, que convirtió los lomos del toro en un auténtico cojín de alfiletero, pues clavó aquí y allá, muy lejos los rejones entre sí y que al final clavó un rejón de muerte que atravesó al toro únicamente por el pellejo.

El novillo dobló más por lo resbaloso del ruedo que por lo certero del “golpe mortal”, lo que permitió al puntillero tener la oportunidad de rematarle antes de que se levantara.

Frías palmas para el rejoneador.

Los forcados de Teziutlán, lucieron frente al mismo novillo. La pega, al menos pesado del encierro, fue al primer intento y el público celebró.

El segundo turno fue para Rafael Ortega. Como primer espada marcó la tendencia de lo que sería la tarde, inició con las dos rodillas en el lodo, pegando una larga cambiada en el terreno de tablas, comenzaba a calentar el ambiente, no obstante la pertinaz lluvia que cayó del cielo tlaxcalteca.

El torero de Apizaco buscó agradar al público, se le vio voluntarioso con el novillo “Editor”. Pegó muletazos de buena factura aunque el animal se rajó en diferentes momentos de la lidia.

Destacó en banderillas, demostrando la maestría que tiene en el segundo tercio. Clavó al violín, al quiebro y un par al cuarteo.

Al final, Rafael logró dar muerte después de tres intentos a su novillo, con una estocada ligeramente atravesada pero suficiente para que el toro doblara.

Salió entonces, “Periodista” para Uriel Moreno “El Zapata”.

Uriel replicó la suerte capotera del primer espada. Fueron dos largas de rodillas pegado a tablas, que la concurrencia celebró aplaudiendo al ya consentido torero tlaxcalteca.

Abrevió con el capote, pues el novillo no ofrecía mayores prestaciones para poder lancearle. Ya en el segundo tercio, Uriel destacó –como siempre–, con los palos.

Es conocida la maestría y soltura con que Uriel coloca banderillas, lo hizo bien, no importando lo peligroso de la suerte con el terreno fangoso.

Con la muleta en la mano derecha, “El Zapata” logró instantes de arte, bien llevado al toro en el engaño, cargando la suerte y rematando con los ya tradicionales de pecho. Le recuerdo una excelente tanda por derechazos en tablas y frente a la puerta de cuadrillas.

Uriel consiguió lo que hasta ese momento, fue la mejor estocada de la tarde, fulminante, en buen sitio y hasta los gavilanes.

La asamblea le premió con un trofeo bien ganado, más por la estocada que por la calidad de la faena.

Por su parte, José Luis Angelino tuvo un inicio trepidante con el capote. Laceó a la verónica, en los medios y remató con una elegante media que dio la tendencia de lo que sería su faena.

Angelino aprovechó el buen lado derecho del toro que le permitió sacar pases de buena factura. Se le vio muy templado a José Luis, alejado de ese estilo acelerado que se le ha visto en otras tardes, así, lució más su toreo.

Tras ofrecer lo mejor de la tarde, José Luis cogió la espada de verdad y se tiró a matar. Sin ejecutar mejor la suerte suprema que su antecesor, Angelino clavó la espada ligeramente desprendida pero en buen sitio y fulminante.

A la vez, el gentío premio su labor frente al toro con dos orejas que algunos abuchearon.

Ya eran casi las cuatro de la tarde cuando salió el último novillo de la lidia a pie para el salmantino Eduardo Gallo.

Vestido muy a la española, Gallo se llevó quizás lo peor del encierro. No obstante, tuvo unos chispazos de buen toreo, el toreo elegante que se le ha visto en varias plazas, sobrio y con temple, pegó soberbios derechazos que salvaron lo deslucido de su faena, pues el animal no ayudó en su labor muleteril.

En general, los novillos tuvieron buena presencia con un promedio de 410 kilogramos, a excepción del primero, que correspondió al huamantleco Luis Pimentel.

Pese a la iniciativa de llevar a cabo el festejo a las dos de la tarde este domingo tras cancelarse el de este sábado, la lluvia no permitió en parte, el lucimiento de los matadores que, sin duda, conformaron un gran cartel.

La plaza registró tres cuartos de entrada, y nuevamente como ya es costumbre en Tlaxcala y que parece que jamás se va a regular, lo molesto de los vendedores que no importando los momentos de la lidia desfilaron de lo lindo.

En los tendidos, llamó la atención la diputada federal panista, Aurora Aguilar Rodríguez, a quien José Luis Angelino y el español Eduardo Gallo, brindaron sendos novillos a la oriunda de Tamaulipas.

En general el festejó fue positivo por múltiples factores que benefician al gremio periodístico de Tlaxcala, buena entrada con un balance neutral en el ruedo y con voluntad por agradar de los matadores.

Por cierto, cuanto gorrón había en el callejón. En fin.