Por Jorge Alfredo Montes De Oca

Mucho fondo tiene el asunto del crematorio que se intentó echar a andar en Apizaco la semana pasada.

Quedó expuesto el abismo de incongruencia entre los criterios municipales, estatales y federales para la autorización de actividades que perjudican a terceros.

Para nadie es secreto que en los municipios de Tlaxcala se dan licencias y permisos a discreción, tienen  precio y basta el visto bueno de funcionarios ambiciosos, ignorantes y sin elemental sentido común.

Por eso encontramos cantinas junto a escuelas, bases para transporte púbico frente a cocheras de casas, unidades habitacionales sin servicios, prostíbulos disfrazados de restaurantes… y crematorios en zonas residenciales ¡¡

El comisionado de COEPRIST en Tlaxcala, Ignacio Ramírez Sánchez les enmendó la plana y actuó en consecuencia, de forma inmediata salvaguardó  la integridad de los ciudadanos y en apego estricto a la ley clausuró el crematorio.

Marcada diferencia con la autoridad municipal que aguardó hasta el último momento para fijar postura y anunciar que la licencia será retirada por supuestas “alteraciones” en el rubro que marca la licencia firmada por Javier Tobón Solano director de industria y comercio municipal a quien se dirigen las miradas de culpabilidad.

Por cierto, desde que el PAN ocupa la Presidencia municipal de Apizaco es decir a partir del trienio de Alex Ortiz Ortiz, la dirección de industria y comercio ha sido ocupada de forma alternada por los hermanos Israel y Javier Tobón Solano.

Jorge Luis Vázquez Rodríguez, tendrá que poner urgentemente orden en su administración y tomar acciones determinantes sobre sus colaboradores pues la duda de que existan casos similares está en el aire.

MORRALLA

Protagonismo patológico del alcalde Vicente Hernández Roldán de Calpulalpan que con ánimo sin igual difunde como logros históricos su “destacada presencia” a cualquier evento y no se cansa de “rendir homenajes” a personajes sin arraigo en su municipio. Los ciudadanos de Calpulalpan cruzan apuestas 3 a 1 pues están seguros de que si Vicente Hernández Roldán acude a un velorio, querrá ser el muerto. Mientras tanto, la prostitución, el desorden y la anarquía ya son más famosos que su barbacoa…