¡Respeto!
7 de mayo - 2014

Tal parece que en eso del respeto los hermanos Albino y José cavaron su tumba frente a los representantes de los medios de comunicación. Cierto, nadie de mis corresponsales lo puede negar, Juanito es un periodista difícil de digerir, pero es parte del precio que deben pagar políticos que piensan y actúan como vedetes

Mr. Tlx

El respeto se gana, dice una máxima, y eso lo deben tener presente en su ejercicio público los políticos.

Tal parece que en eso del respeto, los hermanos Albino y José cavaron su tumba frente a los representantes de los medios de comunicación.

Albino por no saber leer correctamente –pese a que su padre fue líder moral de los maestros tlaxcaltecas durante muchos años- y José por amedrentar al reportero de la Jornada de Oriente, Juan Luis Cruz.

Cierto, nadie de mis corresponsales lo puede negar, Juanito el periodista es un personaje difícil de digerir para nuestra clase política. Es irreverente por naturaleza, sus comentarios –en su mayoría- son provocadores, y su actitud burlona va acompañada de verdades que dice sin medir las consecuencias.

Por boca tiene un megáfono y quizá a propósito no mide el volumen con el que hace sus comentarios.

No dudo que el martes pasado en la sesión Juan Luis Cruz no midiera el tono y desde las gradas soltara tremenda carcajada al escuchar al diputado Albino tropezarse recurrentemente en su lectura y hacer uno de sus agudos comentarios.

La mofa no gustó al mayor de los Mendieta Lira quien estalló en cólera ante la burla al pequeño carnal. Sin más lo abordó por detrás, le apretó el hombro y le lanzó la amenaza: “ya bájale a tus críticas, no sabes con quién te metes, te puede cargar la chingada”.

Y después la amenaza la amplió al resto de los comunicadores: “ya estuvo bien que evidencien los errores de los demás… ya es tiempo que les pongamos un alto a todos los periodistas que se creen muy chingones”.

La actitud sólo provocó la ira del resto de los reporteros que cubren la fuente que llevaron el pleito al exterior del Palacio Legislativo donde siguió la discusión.

En tanto en el interior, el hermano diputado desconocía el tremendo escándalo que le estaba provocando su pariente contratado como secretario técnico y -el martes nos enteramos- quien también funge como portavoz y guardaespaldas.

El saldo del incidente es demoledor para los hermanos que tratan de regresar a su familia a la exitosa vida política.

Recordemos, el finado padre de ambos, Albino Mendienta Cuapio, fue dirigente estatal de los maestros, diputado federal, líder moral de los mentores, y allegado a Elba Esther.

El hermano José anduvo mucho tiempo de cerca con el papá, pero tal parece que no le aprendió mucho en eso de las relaciones y de no abrir frentes innecesarios.

Tampoco el diputado Albino Mendieta Lira le aprendió mucho al papá, de entrada, eso de leer en público es básico para cualquier político que quiera atraer reflectores positivos.

Por lo pronto los hermanos Mendieta ya entraron a las páginas de la prensa de Tlaxcala, para su desgracia, como represores, intolerantes a la crítica y evidenciando graves deficiencias en su preparación.

Nos leemos la próxima semana