Por Edgardo Cabrera

Conmovedoras resultaron las protestas del domingo e impactante el paro de mujeres de este lunes. A nivel nacional estimaron en 80 mil las asistentes a la marcha de la Ciudad de México, en Tlaxcala cientos también salieron a las calles, y en el resto del país las manifestaciones se replicaron

Pero el día sin mujeres cobra un significado diferente al movimiento feminista, la convocatoria lanzada por el colectivo veracruzano “Mujeres del Mar” se volvió tendencia en semanas y desde empresas, hasta gobierno, pasando por los hogares y escuelas, se replicó.

El paro, que implicó silencio e inactividad, mostró que un día sin ellas significa no sólo la parálisis del sector económico, sino un vacío que no se puede cubrir en la familia, el núcleo esencial de la sociedad.  

Y si bien no todas se sumaron, varias siguieron sus actividades cotidianas, las que sí lo hicieron, fueron suficientes para mostrar los efectos de su manifestación.

Lamentablemente, el creciente número de feminicidios, la desaparición de mujeres a diario en todo el país, y la violencia de género parece ya no conmover a nuestra sociedad, menos a los gobiernos, de ahí que, sin duda, el 2020 pasará a la historia como el año en que se rompió el silencio, paradójicamente, al desaparecer la voz de todas en un día: el 9 de marzo.

LAS CIFRAS

Ocho de cada diez mujeres en Tlaxcala han sufrido o conocen a víctimas de violencia, los lugares de mayor incidencia son sus centros de trabajo y principalmente se trata de agresiones emocionales.

Las cifras se derivan de la encuesta aplicada por la Universidad Politécnica de Tlaxcala que reveló que 83 por ciento de las mujeres entrevistadas fue violentada o conoce de una víctima.

El estudio además da a conocer que, contrario a la creencia popular, son las profesionistas y quienes tienen un rango de entre 36 y 45 años de edad las que más sufren algún tipo de violencia, con 32 por ciento, tirando por borda el supuesto de que a menor edad y estudios, son mayores las agresiones.

Un dato también revelador es que 3 por ciento de los agresores es su pareja sentimental; en tanto que de la violencia laboral, 26.87 por ciento es cometida por el patrón o jefe, 20.90 por el compañero de trabajo, y 17.91 por el gerente o directivo.

En el ámbito escolar, la violencia es cometida mayormente por el maestro, mientras que en el seno familiar los principales agresores son el padrastro o madrastra, y el hermano o hermana.

A pesar de la percepción que tienen las mujeres con relación al problema, preocupa que apenas 21.43 por ciento denunció el hecho violento, la razón, desconfianza a las instituciones, vergüenza o miedo.