Por Edgardo Cabrera

El PAN aseguró que sus dos legisladores en el Congreso local, Leticia Hernández y Omar Milton López Avendaño, transparentarán “a más tardar” la próxima semana el uso y destino del Programa de Resarcimiento a las Finanzas Municipales.

De ahí que José Gilberto Temoltzin, el dirigente albiazul, emplazó al resto de los legisladores locales a que hagan lo propio para poner en una caja de cristal los 482 millones de pesos que se auto asignaron para etiquetar recursos a los alcaldes que mejor les plazca.

El compromiso y llamado se aplaude, pero ojalá sus dos diputados hubieran puesto el ejemplo al acompañar el pronunciamiento de su dirigencia con hechos contundentes mostrando cómo y porqué hicieron el reparto de los poco más de 19 millones de pesos que les tocó a cada uno.

También, dado que hay un señalamiento directo del presidente de Tecopilco de un intento de extorsión de la legisladora morenista Mayra Vázquez, que le exijan a los suyos que promuevan una comparecencia del edil ante el Congreso y se inicie una procedimiento para aclarar, y de comprobarse, promover las sanciones correspondientes, ya sea por corrupción, o por difamación.    

LAS COSAS COMO SON

La triste realidad alcanzó al “Zaga”, a su mitomanía, síndrome de persecución y chapucería, se agrega su pobre talento para debatir y rebatir con argumentos las críticas -por un lado- y a sus adversarios -por el otro-.

Al igual que este suspirante de chocolate, algunos de sus seguidores y corifeos “resuelven” con insultos y agresiones a los que no coinciden con su proyecto.

Lo anterior viene a colación porque la diputada federal Adriana Dávila reveló que una de las simpatizantes del Zaga le lanzó una serie de improperios por medio de redes sociales, no sólo eso, sino que se metió con la familia de la legisladora al decirle que “cómo la hija de una sirvienta” podía estar en la política y aspirar a la gubernatura.

Y ese precisamente es el estilo de este resentido suspirante a la gubernatura, el de denigrar a quienes lo rodean exigiéndoles llamarlo “ingeniero”, en su momento fue “diputado”, y ahora “candidato”.

Evidentemente con Adriana Dávila se topó con pared, ya frente al líder nacional Marko Cortés lo emplazó a definirse (porque está probada su deslealtad partidista), y ahora frente a las agresiones fue exhibido públicamente como un personaje elitista y soberbio, y eso por supuesto que es cierto.

EFÍMERO 

A colación del 2021 adelantado, el Zaga y sus corifeos enmudecieron, ya no difunden sus encuestas maquilladas, compradas o fabricadas por encargo.

Aún recordamos aquella de Massive Caller donde -según su interpretación- lo ponía en empate técnico con la Morenista Lorena Cuéllar, la realidad es que aparecía arriba pero sólo de un 5 por ciento del universo de encuestados que dijeron ser simpatizantes del PAN, sin embargo mañosamente hizo todo un show sintiéndose gobernador.

Pero ahora que esas mismas encuestas ya no lo favorecen, incluso ya ni su nombre aparece, el silencio es sepulcral, y es que sencillamente la realidad lo alcanzó, sus “padrinos”, uno de ellos del que sirvió de prestanombres durante su sexenio, lo ha abandonado, en la realidad ya andan en pláticas con el PRI; el otro, Cuco Rivas, lo pondrá en suerte a la hora del reparto de pluris dentro de la alianza PAN-PRD.

Y en eso de la realidad, basta revisar los resultados de la de enero de Massive Caller, por el PAN la candidata mejor posicionada es Adriana Dávila, por Morena Lorena Cuéllar y por el PRI, Florentino Domínguez.

Evidentemente a alguien ya no le alcanzó para seguir dentro de este estudio demoscópico con fines propagandísticos…