¿Para quién fue la chinga?
10 de octubre - 2019

Por Mauricio Hernández Olaiz

Más allá de que podamos, o no, estar de acuerdo con la labor legislativa que ha realizado la panista Adriana Dávila a lo largo de los años, la manera en la que se expresó de ella el porro disfrazado de diputado, Fernández Noroña, no puede ser más que criticado, descalificado.

«Me comentan que hay una Diputada que fue Senadora y que está involucrada en ese tema y que es más bocona que la chingada, no sé si sea cierto o no, pero en Tlaxcala siguen los problemas y son elementos para ponerle una chinga la próxima vez que habrá la boca».

No extraña la actitud de este personaje, siempre se ha caracterizado por ese estilo grosero, chapucero, por momentos misógino y altanero. Siempre escudado, cobijado por el bajo y muy débil argumento de su lucha por la auténtica democracia. No quiero usar más líneas que las estrictamente necesarias para hablar de este individuo de choque y confrontación mal intencionada, pero es necesario mencionar que muy al estilo del también diputado local Petista, Víctor Castro, Noroña uso el espacio que le brindó el congreso del estado para difamar y acusar sin prueba, sustento o evidencia alguna a una diputada federal por Tlaxcala, ante la pasividad de sus anfitrionas, aunque se debe decir que no se podía esperar más de las diputadas Pluma y Garay, no solo por ser también Petistas, sino porque tampoco tienen los tamaños para ello.

Mientras el congreso del Estado de Nuevo León declaró persona “non grata” a Fernández Noroña por sus comentarios sobre el homicidio del empresario Eugenio Garza Sada, en Tlaxcala le abrieron con alfombra roja el palacio vitral. Si bien se podría polemizar sobre si los diputados regiomontanos hicieron bien o no al declararle “non grato”, bajo otro de los argumentos preferidos del petista que es el de salvaguardar el derecho a su libre expresión, vale la pena señalar que fue la bancada del PAN en Nuevo León la que subió la propuesta al pleno, por lo que es probable que Fernández Noroña, no buscara que panistas se la hicieron sino que panista se la pagara.

Afortunadamente sus palabras fueron castigadas. No solo Dávila irá por la vía penal, sino que una gran mayoría de la clase política local y federal del PAN, PRD, PRI y MC salieron a manifestar su rechazo a las actitudes del porro “legislador” que tarde que temprano deberá entender que no es el dueño de la verdad. Incluso la alcaldesa Priista de la capital, Anabell Ávalos, hizo pública su molestia por la agresión verbal a Dávila, de quien reconoció su trayectoria política en el estado. 

Además las redes sociales se llenaron de descalificaciones al personaje, incluso algunas resaltando su monumental hipocresía, pues algunos internautas señalaban que aparenta estar muy preocupado por la Trata, pero a la vez es un ávido parroquiano en casas privadas de citas en la capital. También hubo espacio para señalar a las diputadas Pluma y Garay, así como al partido rémora del trabajo.

Tristemente todavía hay quienes confunden la grosería, el insulto, la manipulación de la historia y la eterna confrontación con la llamada mafia en el poder, como el ejemplo de un diputado trabajador con los pantalones bien puestos, si en verdad este individuo tuviera pantalones jamás hubiera descalificado a una dama, y si fuera buen político hubiera usado argumentos políticos serios para cuestionar la labor de la Panista.

Llama la atención, y a la vez no, que el partido acción nacional en el estado, no tuviera una postura pública del suceso, pese a que fue en contra de su diputada federal y emitida en el estado de Tlaxcala. José Gilberto Temoltzin sigue confundiendo la gimnasia con la magnesia, olvida que lo cortés no quita lo valiente. Y es que como en mi caso, reconocer que la agresión en contra de la apizaquense, fue desmedida e intolerante, no significa que por ello ya concuerde con su estilo y resultados o reconozca sus logros legislativos. 

Pero la soberbia de Ñerona es tan grande que, pese a que admitió públicamente que cometió un error al haber señalado sin pruebas a Dávila, en su cuenta de Twitter aclaró que no fue una disculpa, que él no se disculpa ante nadie, sino tan solo la aceptación de una acusación sin fundamento que podía traerle un prejuicio a la legisladora. Por lo demás sus palabras las mantiene intactas….todo un pedazo de escoria. Esperemos a ver qué curso le dan las autoridades judiciales a la demanda que interpondrá la panista, algo de lo que el petista no podrá quejarse, pues el mismo ha utilizado las instancias judiciales para demandar a sus agresores, su último amparo es precisamente, el que le otorgó un juez federal, por ser declarado “non grato” por el congreso Neoleonés, algo que el togado consideró anticonstitucional.

Creo que al final la chinga fue para Fernández, quien considero, confunde la lucha de clases con el clasismo, y se convierte cada día más en aquello que el mismo juró con acabar. Se ha convertido en político intolerante, como tantos y tantos otros políticos antes que él.

No por gritar mucho e insultar te vuelves un luchador social. 

Al final para quien siempre son las chingas son para el pueblo, al tener legisladores más ocupados en atacar y defenderse por sus cuestiones personales, que por trabajar para sacar a la nación se su enorme rezago.

@olaizmau