Por Fernando Tamayo

El fin de semana nuestra Entidad fue víctima de acciones que hace algunos años no se observaban, entre balazos ocurridos en la comunidad de Tetel perteneciente al municipio de Yauhquemehcan, el hallazgo de un cuerpo desmembrado en Calpulalpan, el asalto a un negocio de carnitas en Apetatitlán entre otros más, resalta lo ocurrido en el municipio de Tenancingo donde hombre y mujer sufrieron la rabia, el hartazgo y la impotencia de una población lacerada por la indiferencia de ayuntamientos que buscan eludir una de sus responsabilidades primarias, la de otorgar seguridad.

Y es que tras la denuncia realizada por un habitante de dicha localidad sobre el intento de privar de la libertad a su pareja, la población de la Sección Tercera retuvo a cuatro sospechosos de manera inmediata a los cuales se les aplicó un juicio sumarísimo para luego ser “entregados” a las autoridades sin señales de vida.

Lo anterior hace necesario reflexionar sobre las reacciones que la población puede generar en un momento de pánico y desesperación quebrantando la ley y evidenciando la incapacidad policial para brindar seguridad y lograr contener este tipo de acciones que a todas luces son condenables.

Si bien es cierto que todo aquel que transgrede la ley debe ser sancionado, también es cierto que todo ser humano sea este delincuente o no goza de un mínimo de derechos, principalmente, el derecho a la vida y el de defenderse en lo que a su juicio considere. Máxime que en el caso particular de los linchamientos ocurridos en Tenancingo, a ninguno de los occisos se les logró comprobar fehacientemente los hechos que se les imputaban.

Lo anterior obliga a las autoridades de los tres órdenes de gobierno a emprender una estrategia coordinada y común que permita a los tlaxcaltecas recuperar la paz y tranquilidad que ha caracterizado a nuestro Estado. Los linchamientos no se justifican en ninguna de sus formas, máxime cuando son realizados sin que exista la flagrancia de por medio. No podemos como sociedad exigir castigo a los delincuentes quebrantando las propias leyes, pues eso constituye en sí mismo el desarrollo de un Estado anárquico.

Esperemos que por el bien de todos los tlaxcaltecas las autoridades policiales y de procuración de justicia sea cual sea su cargo, su institución partidista o jerarquía entiendan que su responsabilidad de brindar seguridad y de hacer justicia es fundamental para el correcto desarrollo de nuestra sociedad, de lo contrario, acciones como las ocurridas en Tenancingo se irán multiplicando en la medida en que la sociedad entre en pánico y desesperación. Al tiempo.

Desde la barrera

El clima electoral parece calentarse poco a poco ahora fue el panismo quien en voz de su dirigente nacional señaló que Minerva Hernández podría ser la figura con la que los albiazules se jueguen la gubernatura en las próximas elecciones. Ya veremos si el resto de grupos, contrarios al de Minerva, piensan lo mismo.  

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